A menudo tengo la sensación de no estar aquí, de ser solo un producto de mi imaginación. Hay días en que siento una conexión tan frágil con la tierra que veo los hilos que me atan al planeta como una telaraña con consistencia de algodón de azúcar. Con una buena ráfaga de aire me desengancharía de todo y me elevaría y me alejaría de un soplo, como los vilanos de los dientes de león.
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