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Crítica de lavidademisilencio


lavidademisilencio
18 February 2021
Jude se siente desubicada. de nuevo en el mundo mortal donde creyó que nunca volvería, se debate entre el dolor por haber sido traicionada y la rabia por haberse dejado engañar. Lejos de Faerie corroborará, una vez más, que su sitio está entre las hadas y no entre los mortales. Volver a su hogar no será tarea fácil; sin embargo, como caída del cielo, aparece su hermana Taryn pidiéndole ayuda. Se embarcará entonces en una misión que conlleva un gran peligro, peligro que está dispuesta a asumir con tal de consumar su venganza.

Mientras tanto, Madoc se prepara para el golpe final contra la corona. Sediento de sangre, no escatimará en planificar hasta el más mínimo detalle para hacerse con el poder que según él, le corresponde.

También en tierras feéricas se encuentra Cardan, aprendiendo a ser rey sin la voz de Jude guiándole en el camino. Tomando decisiones por sí mismo, gobernando finalmente. Pero ¿está preparado para esa responsabilidad? ¿Es él el rey que merece Elfhame?

Holly Black vuelve a usar la misma técnica que en las dos anteriores obras y divide La reina de nada en dos partes: una compuesta por 16 capítulos y la otra por 11. Acompañados por un prólogo y un epílogo, los capítulos siguen siendo de longitud media, dotando a la lectura de un ritmo muy ágil.

Aunque la historia cuenta con un par de flashbacks que ayudan, sobre todo, a entender el personaje de Cardan, La reina de nada es una novela cuyos actos suceden en orden cronológico y, de nuevo, se nos narra desde la perspectiva de Jude.

Así como en el segundo libro el ritmo se me hizo tedioso, en esta última parte vuelve a cautivarme cómo se desarrolla la acción. Holly Black consigue atraparte entre las páginas. Si bien es cierto que la primera parte del libro se me hizo bastante larga —que no lenta—, la segunda se me pasó en un suspiro por la cantidad de cosas que pasan y que se tienen que asimilar.

La pluma de Holly Black, como siempre, sigue sin decepcionar. Su estilo directo, su forma de construir a los personajes, así como de tejer la trama y darle giros una y otra vez, me parece increíble.

La trama de este libro me ha interesado más que la del segundo. La primera parte se me ha hecho un poco larga, aunque ha conseguido mantener mi interés en los sucesos que estaban por venir. Es en la segunda parte cuando, para mí, la novela ha brillado más. Algo ocurre que hace que todo quede patas arriba y he disfrutado sobremanera de cómo los personajes se han ido enfrentando a la situación.

La astucia de Jude, de nuevo, ha destacado por encima de todo. A lo largo de la trilogía es, sin duda, lo que más he disfrutado: la inteligencia con la que afronta todos los problemas, las soluciones descabelladas que se le ocurren y la forma en la que el lector descubre cuál era su plan desde el principio. Ese juego en el que, mientras lees, no sabes si la autora te está engañando como a un personaje más, te mantiene en vilo hasta el final.

También me ha gustado cómo ha tratado Holly Black la relación de Jude y Madoc. Durante toda la película baila entre el odio y el orgullo, y en esta última entrega de la trilogía ha dado más juego que nunca. La forma en la que Madoc trata a Jude y pasa de considerarla una hija a considerarla un rival dice mucho de la increíble evolución del personaje de ella.

La relación de Jude y Cardan sigue avanzando y me gusta cómo se va desarrollando su dinámica. Sin embargo, como en todas las entregas, me han faltado más escenas entre ellos, no se ha explotado lo suficiente el grandísimo potencial que tenían como pareja.

El final me ha encantado y considero que ha estado a la altura de la trilogía. Además, no solo he disfrutado del desenlace, sino de toda la expectación que se ha generado en torno al problema principal y la forma que han intentado llegar a la solución.

Los personajes han seguido en su línea durante toda la trilogía: me han resultado fascinantes.

En La reina de nada Jude está, sencillamente, espléndida. de aquella mortal que se sentía fuera de lugar, pasó a ocupar un lugar privilegiado en el mundo de las hadas y, en esta última entrega, no dudará en reclamar lo que es suyo. Es en el libro donde más segura la he visto; se ha enfrentado a su situación con la cabeza bien alta y, como siempre, con valentía.

El personaje de Cardan, echando la vista atrás, es el que más me ha gustado conocer. En esta entrega se ha mostrado más vulnerable que nunca, por fin ha asomado el verdadero Cardan a través de las grietas de su fachada. Además, gracias a un pequeño libreto que venía con la edición que tengo de la trilogía completa, he podido entender un poco mejor sus sentimientos. Menos mal que en marzo sale un libro sobre él, porque no sé si podría soportar no saber nada más de él.

También me ha gustado mucho el personaje de Madoc, dentro de su papel de villano, los matices que le daban a su construcción su rivalidad con Jude me han parecido fascinantes. Junto a él, también me ha gustado esta vez Taryn, que llevaba sin soportar desde el primer libro, y que por fin se ha hecho un hueco en mi corazón.

De los personajes secundarios he disfrutado especialmente las escenas con Grima Mog, sus apariciones me daban la vida.

En definitiva...

Un cierre fantástico para una trilogía que, a pesar de tener sus altibajos, consigue seguir sorprendiendo al lector con sus múltiples giros argumentales. Sus personajes, llenos de matices, evolucionan formidablemente a lo largo de los tres libros; no hay ni uno solo que termine tal y como empezó. Con La reina de nada Holly Black consigue remontar tras la decepción personal que me supuso El rey malvado. Pone con esta novela el broche final a una de las sagas fantásticas que más he disfrutado.
Enlace: http://lavidademisilencio.bl..
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