Al igual que la primera parte (El Príncipe Cruel) esta también comienza con un ritmo un poco lento, pero en seguida remonta y se suceden las escenas de acción. En esta obra conocemos algo más del lado "oscuro" de Jude, pero también de su lado más humano, más vulnerable. Y lo mismo nos pasa con Cardan. Las intrigas palaciegas y la lucha por el poder son una constante y nunca se sabe qué personaje es bueno y qué personaje es malvado. Puede que ninguno sea al cien por cien ninguna de las dos cosas. La traición flota en el ambiente y el final nos deja con la boca abierta y esperando el tercero. Muy recomendable.
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