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Una saga que prometía muchísimo con su primer libro, bajó a niveles ínfimos en el segundo y en esta conclusión ha remontado algo pero no lo suficiente en mi opinión. Una lástima porque en sus páginas está un personaje absolutamente fantástico y que tardaré mucho tiempo en olvidar como es Thomas Cale. La mano izquierda de dios fue de esas lecturas que te dejan con la boca abierta y deseando leer más de esa historia, una verdadera maravilla de libro, unos personajes espléndidos. Pero Las cuatro postrimerías bajó el listón hasta el subsuelo. La historia daba un giro extrañísimo, la realidad se empezó a mezclar con la fantasía, la trama se enmarañó y se llenó de momentos realmente aburridos. ¿Se le había terminado la inspiración al autor? Y llegamos a Batir de alas, la conclusión de la trilogía. Y mentiría si no dijera que fui con miedo, y cierta desgana. El anterior había sido tan frustrante que me costaba enfrentarme de nuevo a algo así. He de decir que no fue tan decepcionante, pero desde luego no ha remontado respecto al primero. Ni de lejos. Esta vez el autor, no sé si para curarse en salud o por qué, nos añade un “prólogo” contándonos una extraña historia sobre su historia (si meta historia XD). Una especie de explicación sobre por qué aparecen tantos lugares y situaciones del mundo real en un libro de fantasía. Y no, a mí no me ha convencido demasiado, pero al menos lo intentó. No llega a ser tan tedioso como el anterior, hay más acción (comprensible y bien entremezclada), vemos cierta progresión en los personajes principales, y alguno nuevo que resulta también interesante. Y la historia parece concluir, aunque llena de interrogantes sin responder. No sabemos qué enfermedad aqueja a Cale, ni lo sabremos, hay unas cuantas situaciones que se resuelven de forma extraña y con poco sentido respecto a la historia. Siguen apareciendo muchísimos términos, países, culturas, batallas, etc. que hacen referencia a nuestra historia real, lo cual sigue siendo realmente chocante cuando estás leyendo fantasía… La lectura es mucho más amena que en Las cuatro postrimerías, como ya dije, hay bastante acción y no se recrea en tanta estrategia militar sino que va más a la batalla en sí. También tiene muchos momentos de humor negro, sobre todo por parte de Thomas Cale, que sigue siendo lo mejor del libro. Y llegados al final, este resulta algo desinflado. Se va gestando un final apoteósico a lo largo del libro y cuando llega está como achicado. No hay gran final, no hay respuestas, no hay razones, nos quedamos chafados. Y nuestro anti-héroe se queda sin explicación. Creo que la nota que se lleva es más en recuerdo del primer libro y porque este ha mejorado algo respecto al segundo, pero desde luego el autor no ha sabido aprovecharse y desarrollar una fantástica historia con un protagonista sin igual. Quizá habría que tomar toda la trilogía en vez de como una historia de fantasía, como una metáfora del poder corrupto político, de las trampas de las religiones, del intento de inculcar a la fuerza las creencias... Enlace: https://lecturadirecta.blogs.. |
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