Aprendiz de asesino

Los perros lloran toda la noche. Pero los hombres lloramos toda la vida.

Con miedo se inculcan pocas cosas que valgan la pena.

Huí de mí mismo, retrayéndome a lo más hondo de mi interior, pero allí no encontré más que asco y odio hacia mí, disperso por las distintas capas de mi pensamiento.

Poca cabeza. Sólo piensas en lo que quieres. Poca cabeza, poca cabeza.

Se puede amar a un hombre sin dejar que el afecto te vende los ojos.

Esperaba de mí que fuese perfecto, pero me recordaba sin tapujos que jamás sería recompensado por mi perfección.

Tienes la manía de cruzarte en el camino de aquellas personas a las que tendrías que evitar por encima de todo.

Cuando omites la verdad para no quedar como un cretino terminas pareciendo completamente idiota.

La suerte favorece a los niños y los locos. Creo que cumplíamos todos los requisitos.

A veces hay que elegir entre el menor de dos males.