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Estaba esperando leer este libro desde que terminé "La Ecuación del Amor". Tenía miedo de haberme creado muchas expectativas y de compararlo inconscientemente con el anterior, pero la verdad es que me he encontrado otra historia especial, bonita y con unos personajes que me han encantado desde el principio. Esme, una chica a la que conocemos en su Vietnam natal, trabajando como limpiadora, y que se hace cargo de tres miembros más de su familia. Esme tuvo sueños, quería estudiar y se le daba bien, pero la vida le puso delante otras prioridades. Ella es humilde, inteligente, espontánea, sabe que el trabajo duro es importante y no quiere que sus propias limitaciones sean el obstáculo para conseguir una vida mejor, por lo que intenta progresar por sus propios medios. Khai, cree que tiene un corazón de piedra y que no es capaz de sentir. Es un chico de rutinas, costumbres, que lo entiende todo de manera literal y que procesa los sentimientos de un modo distinto al resto. A veces necesita un poco de ayuda para entender los comportamientos y las reacciones del resto de la gente, incluso para entender lo que a él mismo le ocurre. Debido a la intervención de Cô Nga, madre de él, tienen la oportunidad de pasar juntos unas semanas de verano. Algo que, en un principio, representa oportunidades muy distintas para cada uno de ellos. Un libro que ha conseguido hacerme entender todos los miedos, dudas, inseguridades, determinaciones y reacciones de los dos protagonistas, tanto juntos como por separado. Bravo por esa Esme que no renuncia a sus sueños y sus esfuerzos cuando podría tener todo al alcance de la mano con solo pedirlo. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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