Khai acercó la frente a la de ella y volvió a reír. —Sin duda eres más rara que yo. —De ninguna manera. Él sonrió. Ella le devolvió la sonrisa. —Em yêu anh. Sin dudarlo, él respondió: —Anh yêu em. Las palabras los envolvieron y los acercaron. Em yêu anh yêu em. Chica ama a chico ama a chica.
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