Mentiras consentidas

Una vez más, es una novela que no defrauda. Pese a ser el sexto libro de la serie, siguen manteniendo el nivel con el que me enganché a la saga con la primera.
Los libros siguen las investigaciones realizadas por un grupo especial de Homicidios de la policía sueca, que se desplazan a cualquier lugar de la geografía del país, para ayudar al esclarecimiento de los crímenes más difíciles de resolver o los más mediáticos.
En dicho grupo destaca sobre todos, el protagonista, Sebastian Bergman, psicólogo forense, que tiene muchos más defectos que virtudes y que cuenta con pocas simpatías en el grupo.
A pesar de que Sebastian se lleva la palma, el resto de los investigadores, más que personajes secundarios, los definiría como co-protagonistas, ya que llevan bastante el peso de la narración.
Entre ellos esta el jefe del grupo, Torkel, policía muy experimentado y sumamente diplomático a la hora de trabajar en otras jurisdicciones. Ursula es su mano derecha, mujer fuerte que casi siempre pone el trabajo por encima de cualquier otra cosa. Vanja, joven, que arrastra problemas personales. Y Billy, el especialista en informática, que en cada libro me sorprende más.
La narración es siempre por parte de un narrador omnisciente, que va desarrollando de forma lineal lo que sucede a los diversos personajes, y saltando de una situación a otra de forma sumamente coherente.
En esta ocasión, la investigación me ha llamado la atención por desarrollar un aspecto de lo sociedad sueca de la que no conocía mucho, pero no voy a comentarlo para evitar destapar la trama.
A lo largo del libro, hay momentos en que he estado más intrigada por las historias y vivencias de los personajes (que continúan de un libro a otro) que por la trama policial en si.
Como siempre, recomiendo mucho toda la serie, pero advirtiendo que se deberían leer en orden: aunque la investigación queda siempre cerrada, la evolución de los personajes es también muy atractiva.