“A veces la muerte de alguien era el precio a pagar para la supervivencia de otros. A veces había que hacer algo malo para salir adelante.” ~ Tigres de cristal de Toni Hill. A finales de la década de los 70, Víctor Yagüe es un chaval de 12 años popular, sin ser consciente de ello, en su barrio y en su colegio y atrae la atención de Ismael, el narrador de la historia. Sin embargo, Víctor en quien se fija es en Juanpe, apodado el Moco, un niño enclenque de una familia desestructurada a quien ayuda a sacar adelante sus estudios y con quien establece una fuerte amistad. El Moco es acosado por el Cromañón, un chaval dos años mayor, hijo de una de las familias más apoderadas del barrio y continuo repetidor. Un día ambos amigos se ponen de acuerdo para darle un escarmiento al acosador y tras la paliza, el Cromañón aparece muerto. El Moco es enviado a un correccional y Víctor, que sale impune de los hechos, a vivir con sus abuelos a otro pueblo. Cuarenta años después los amigos se encuentran y comienzan a revivir la historia. al mismo tiempo, en la actualidad, otros personajes viven situaciones similares que poco a poco se van intrincado en la historia principal. Tenía este libro en la lista de pendientes desde hace tiempo pero una reciente reseña me animó a ponerlo en preferente. He de decir que las primeras 100 páginas se me hicieron lentas y pesadas, salían demasiados personajes con demasiadas historias tangenciales que no sabía qué pintaban ahí. Los capítulos saltaban de unos personajes a otros, de un tiempo a otro y yo andaba perdida. de nuevo, la persona que escribió la reseña me animó a seguir con la lectura, que todo tendría un porqué. le hice caso y ¡sorpresa!, cuando me quise dar cuenta estaba totalmente enganchada a una serie de historias que se iban entrelazando. Un libro que denuncia el bulling, el machismo, los malos tratos, el papel de la sociedad -bien por mirar a otro lado, bien por criticar situaciones ajenas-, los abusos sexuales o la pederastia. Y que, al mismo tiempo, en su crudeza, genera la nostalgia de esa infancia marcada por series como Sandokan, MazingerZ, los juegos en la calle y de la amistad. Un libro que, en definitiva, nos hace reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, sean tanto activos como pasivos. |