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Esta novela narra dos investigaciones paralelas siendo muy precisa. Las tramas se desarrollan muy bien, suceden de forma totalmente independiente, sin mezcla ni caos. Son concisas y poco a poco te llevan a una historia que te atrae, te lleva a un final inesperado casi sin saberlo, y lo hace estallar todo. Tony Hill se arriesgó y decidió poner la trama en un período de tiempo muy limitado, cinco días. El tiempo suficiente para armar una historia sólida y fluida y desarrollar personajes maravillosos. Nuestro protagonista es un personaje que engancha, y con el que simpatizaremos. Nos importa cómo resuelve el doble crimen al que se enfrenta, pero lo más importante, nos interesa saber cómo resolvera el laberinto emocional en el que se encuentra. El gran atractivo literario de encontrarse con un personaje como Salgado no quita mérito a otros personajes que rara vez llaman la atención en otras novelas. Esta vez son muy interesantes. En particular, las dos mujeres de armas tomar, Martina y Leire. Completamente distintas y un avance en el necesario empoderamiento femenino. Sin ellas, la novela no tiene sentido. Son personajes fascinantes. A medida que leemos más, aprenderemos más sobre estos personajes. Agrega cada vez más capas a una historia que te sumerge en conflictos humanos, como el amor, los celos o la feliz lucha de clases que enfrentamos. En esta novela, nada puede retratar mejor la fragmentada clase social de Barcelona, la riqueza de las zonas residenciales de clase alta, que esconden sus fantasmas bajo las alfombras persas, y las raíces de los barrios más populares. Donde encontramos personas que comercian con la inocencia y la falta de cultura de los más débiles. El autor los lleva a un callejón sin salida, pero el lector se sorprende al ver de que pasta estan hechos.
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