La muerte es algo absolutamente normal, tan normal como el nacer. La raza humana rehúsa hacerse a esta idea, porque vivimos en una cultura que teme a la muerte.
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La muerte es algo absolutamente normal, tan normal como el nacer. La raza humana rehúsa hacerse a esta idea, porque vivimos en una cultura que teme a la muerte.
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Las cosas se deben aceptar sin desorbitarlas. En eso estriba la diferencia entre las personas sensatas y las desequilibradas.
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Tengo la certeza de que si todo el mundo se despreocupase de lo que hacen los demás, todos viviríamos mejor.
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¿Es que los psicópatas han de tener por fuerza el aspecto de psicópatas? Es evidente que no.
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—¿Te asustan las promesas? ¿Las palabras? —preguntó ella. —Sí, porque no cambian en absoluto los sentimientos… Me asustan las promesas que pueden romperse. Si dos personas se quieren, las palabras no les ayudan a quererse más…, ni a cambiar la situación. |
[...], porque, a fin de cuentas, su vida era suya y podía hacer con ella lo que quisiera.
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— ¿Te asustan las promesas? ¿Las palabras? — preguntó ella. — Sí, porque no cambian en absoluto los sentimientos… Me asustan las promesas que pueden romperse. Si dos personas se quieren, las palabras no les ayudan a quererse más…, ni a cambiar la situación. |
Querido Robert: Sigo amándote. Ahora de un modo más profundo, porque te entiendo a ti y todas las cosas. No he sabido hasta hace poco que tú significabas la muerte, al menos para mí. Estaba predeterminado.
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El nombre de la nación desde donde se organizan los juegos cada año es...