Rivales de día, amantes de noche

Empecé este libro con ganas por que me llamó la atención la sinopsis y pensaba que sería una lectura entretenida, pero no ha sido el caso. Lo he acabado por que me cuesta un mundo dejar un libro a medias incluso cuando no me gusta, no se por que me hago eso a mi misma la verdad.

La protagonista me cae mal, no hay más. Se pasa la vida enfadándose. Te lo hacen pasar como que al protagonista le gusta picarla, pero es que no hace falta que haga nada, ella ya se enfada sola si hace falta. Me parece mal educada e impertinente, es que no puedo con ella y claro, si uno de los personajes principales se te atraviesa tanto pues la lectura se hace más cuesta arriba.
Ejemplos de comportamientos que me ponen de los nervios:
- Monta a caballo en plan locura sin esperar a nadie por un terreno totalmente desconocido (arriesgándose ella y al caballo) y se va riéndose mientras a todo el mundo se le sale el corazón del pecho, y encima nadie le dice absolutamente nada.
- Esconde información al dueño de la casa (y hace que todo el servicio participe de ello) y luego se enfrenta con él por que les pide explicaciones.
- Le espera en su despacho mientras él está fuera, cotillea todos sus papeles privados y cuando vuelve se pone a decirle lo que tendría que hacer. Capítulos antes él abrió una carta suya y ella se cabreó (con razón) y le montó una buena bronca, ¡pero ahora ella hace lo mismo! Es el colmo de la hipocresía.

Sobre el protagonista no hay mucho que decir, es el típico noble guapo, rico, simpático y con trauma derivado de sus padres. Ahora bien, esto me dejó perpleja también, por que es vizconde y que alguien me explique como es posible por que en el libro no lo hacen. Son 3 hermanos, todos del mismo padre, y el mayor ha heredado el ducado de su padre, está casado y tiene su propia familia (heredero incluido)... ¡Y el segundo hermano es vizconde! ¿Por qué?

Sobre la trama del libro tengo que decir que la historia de amor, en mi caso, es de las que me creo por que quiero hacerlo. A mi me parece que es algo acelerada y me habría gustado ver como se desarrollaba un poco más, pero tampoco creo que sea un fallo terrible, es solo una cuestión de tiempos y gusto personal. Sin embargo, la trama secundaria que trata sobre el collar si creo que cojea bastante. Va surgiendo a trompicones, no es nada fluido.

Aun así, lo que peor he llevado (aparte de la protagonista) es la incongruencia entre el momento en que se supone que está transcurriendo la historia y lo que vemos en el libro. Estamos en 1818 y lo siento mucho pero hay cosas que no tienen sentido. Se menciona en la narración una aventura que ha tenido el protagonista con una joven soltera de la alta sociedad con total normalidad y sin que esta chica haya acabado rechazada por todos y en el ostracismo social más absoluto. Que no es que yo quiera que la lleven a la pira, pero hablamos de una novela histórica, no actual, eso no habría pasado ni en sueños. Y luego tenemos la forma de hablar de los personajes que está totalmente actualizada y no pega nada. Me sacaba completamente de la lectura, no puedo decirlo de otra manera.

En fin, yo lo siento por que no hay mucho más que pueda decir, pero es que no me ha gustado. Me alegro por las que lo hayan disfrutado sin problemas pero yo no he podido y cuando ese es el caso también hay que decirlo, por que oye, lo que a mi no me guste a otra persona le puede encantar pero teniendo la información es como se puede decidir si algo te llama o no.

Hoy os traigo la reseña de un libro con una portada preciosa, como la mayoría de las portadas de Vergara en estos últimos tiempos. Pertenece a Un romance en Londres, la nueva saga de Nieves Hidalgo, una autora de la que ya había leído alguno de sus libros con anterioridad, de hecho uno en género histórico, Brumas y otro en contemporáneo, A las ocho en el Thyssen, la verdad es que los dos me gustaron bastante, aunque personalmente me quedo con la autora en romántica histórica.

La sinopsis ya nos pone en antecedentes de lo que vamos a encontrar en este libro.

Barbara Ross ha perdido a su último pariente vivo, su tío Thomas. Él se hizo cargo de ella a la muerte de sus padres cuando era una niña, y aunque no era un hombre muy dado a muestras de cariño le proporcionó educación y un hogar confortable, pero tanta protección hacía que Barbara se sintiera atrapada en una jaula de oro. Ahora a sus veintitrés años, con la muerte de su tío, espera empezar a disfrutar la libertad de la que carecía, pero con la lectura del testamento se dará cuenta que las cosas no van a ser como ella espera. Su tío la ha dejado a cargo de un tutor hasta que se case o cumpla la mayoría de edad algo con lo que ella no está de acuerdo en absoluto. Barbara espera que su anciano tutor no sea un problema y la deje libre para vivir su vida. Con esa idea en mente partirá rumbo a Londres a conocer el que va a ser su nuevo hogar. A pesar de las convenciones de la época Barbara no dudará en rebelarse cuando lo considere necesario.

Alan Chambers, vizconde de Maine, ha accedido a acoger a la sobrina de su amigo Thomas y aunque sabe que eso trastocará su vida está dispuesto a cumplir con su deber para con la niña. El problema vendrá cuando conozca a Barbara y vea que la niña que esperaba no es tal, sino una hermosa mujer que pondrá a prueba la promesa que se hizo a sí mismo ya hace tantos años.

Barbara es una mujer con un fuerte carácter que no se resigna fácilmente e intentará rebelarse ante lo que el futuro le depara. Se ha criado prácticamente sola en internados y su forma de pensar es algo liberal y progresista para la época, y aunque se aviene a las convenciones sociales a regañadientes, no siempre está de acuerdo con ellas y está dispuesta a hacerlo notar. Esto le llevará a tener varios enfrentamientos con su tutor por las cosas que ella considera justas.

Alan es un personaje al que no conoceremos demasiado, quizá es una de las pegas que le pondría al libro, me hubiera gustado conocer con algo más de profundidad a su personaje. Alan es el típico personaje de novela de regencia con un alto sentido del honor y de la responsabilidad que está acostumbrado a salirse siempre con la suya, por lo que intentará imponer su voluntad sobre Barbara en multitud de ocasiones lo que conllevará varios enfrentamientos entre ambos. Una traumática experiencia vivida en el pasado ha hecho que no crea en el amor para que ninguna mujer pueda tener control sobre su vida y sobre él.

A pesar del fuerte carácter de ambos, de que cada uno de ellos ve la situación que viven de una manera muy distinta, y de los tira y afloja que eso conllevará, la atracción hará su aparición y los sentimientos comenzaran a surgir, lo que supondrá un problema para ellos. Entre ambos personajes existe una gran química y si a eso le sumamos el misterio de la esmeralda tenemos una trama que me mantuvo pegada a sus páginas sin poder parar de leer. El misterio (un clásico en este tipo de historias) y la maldición que recae sobre la esmeralda le dará un toque de acción y de intriga a la trama.

Durante la narración vamos a conocer una multitud de personajes, sobre todo de la familia de Alan, nuestro protagonista, que podrían llegar a ser futuros protagonistas de las secuelas de esta serie. de los secundarios los que más destacaría son Charlotte, la abuela (me ha encantado), y Lili, la sobrina, espero que este personaje tenga su propio libro porque creo que puede dar mucho de sí con su personalidad y su afán para meterse en líos. Dos personajes con carácter y poco convencionales para su clase y la época en la que viven.

El libro tiene doscientas ochenta y seis páginas divididas en cuarenta y cinco capítulos. La narración es en tercera persona por un narrador omnisciente. Algo que me ha chocado un poco son ciertas expresiones bastantes castellanas, que dan muestra de la amplitud de vocabulario de la autora, y que no leía ni escuchaba desde hace muchísimo tiempo, pero que no creo que sean demasiado acordes con el vocabulario usado en la Inglaterra de Regencia, lo que las hacía destacar y que me fijara muchísimo en ellas.

La autora nos traslada al Londres de principio de siglo XIX y tocando temas como las diferencias entre las distintas clases sociales y situaciones comunes de la época como la miseria, la pobreza infantil, la subordinación de la mujer al hombre ya que no se la consideraba capaz de administrarse y llevar las riendas de su propia vida hasta una edad mucho más tardía que al hombre o hasta que un hombre se hiciera cargo de ella.

Al final del libro encontraremos el adelanto de lo que será el siguiente libro de la serie, Ódiame de día, ámame de noche, la segunda entrega de Un romance en Londres cuyo protagonista será Jason, amigo de Alan, ya en este libro se nos da un atisbo de su historia así que espero tener oportunidad de leerlo en el futuro.
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Hace poco tiempo que he comenzado a leer novelas románticas históricas, pero cada vez me gustan más. La última que he leído es Rivales de día, amantes de noche, escrita por Nieves Hidalgo y publicada por Vergara. Es la primera entrega de la saga «Un romance en Londres», cuya segunda parte ya está publicada.

Bárbara Ross es una joven veinteañera Escocesa huérfana de padres que tiene que sobreponerse de nuevo a otra desgracia, la repentina muerte de su tío Thomas Ross, su único pariente. Como mandaban las costumbres en la Regencia inglesa, el tío de Bárbara designa un tutor para su sobrina, un viejo amigo que reside en Londres, de modo que Bárbara se muda a Londres en contra de su voluntad ya que no quiere depender de nadie y mucho menos de un vizconde de avanzada edad como su difunto tío.

Por su parte, al vizconde de Maine y reciente tutor de la sobrina de su amigo escocés, Alan Chambers, tampoco le entusiasma la idea de hacerse cargo de una niña. Su vida dará un giro cuando se dé cuenta que Bárbara no es la niña que él esperaba sino una hermosa joven que pondrá su vida patas para arriba a pesar de las promesas que se había hecho a sí mismo.

Conforme Bárbara se va integrando en la vida social londinense gracias a la familia de Alan, se va gestando una venganza que tiene sus raíces en la adolescencia de Alan y que va ligada a la esmeralda maldita que posee Bárbara y que su abuelo le dejó legada, el ojo de Thaimir.

El romance de Bárbara y Alan se va descubriendo poco a poco, se va desarrollando a su debido tiempo, sin prisas, con mucho detalle y toques de humor reflejados en sus diálogos que hacen que la lectura se haga muy amena.

Me ha gustado especialmente no sólo el personaje de Bárbara que se caracteriza por tener una fuerte personalidad e ideas demasiado avanzadas para las normas de la época, sino también la abuela de Alan. Una mujer de armas tomar, que no necesita de ningún hombre porque ya ha vivido su gran amor, a la que todo el mundo respeta y que tiene un gran sentido de la justicia y del honor.

Gracias al fiel reflejo de la época histórica donde se desarrolla la historia, he podido conocer aspectos que desconocía por completo como por ejemplo la existencia de la libreta de bailes para anotar y recordar las parejas de baile con las que se compartían esos momentos nocturnos en eventos sociales.

La autora ha denunciado también la situación de pobreza y desamparo de los niños de aquella época, así como la diferencia entre clases sociales que se hacía presente en los diferentes barrios de la ciudad y que dependía esencialmente de en qué familia habías tenido la fortuna de nacer.

Nieves Hidalgo te encandila con su prosa. Su manera de incidir en los detalles facilita que puedas imaginarte el despacho de Alan con mucha facilidad, la belleza de Bárbara e incluso los gestos de camaradería que tienen los amigos de Alan.

Es una novela de fácil lectura, no muy extensa, con una narrativa de calidad y que te permite disfrutar de un rato de lectura repleto de romance y aventuras. Me quedo con ilusión por leer «Ódiame de día, ámame de noche», la continuación de la saga «Un romance en Londres».

Con Rivales de día y amantes de noche, comienza la serie Un romance en Londres, que Nieves Hidalgo sitúa de forma excelente en el contexto de la Regencia Inglesa. Esta novela nos ofrece una historia emocionante, con una pareja protagonista de las que echan chispas.

Barbara es una mujer con un carácter adelantado para la época. Huérfana de padres, vivió durante muchos años con su tío. Cuando este fallece debe trasladarse desde su querida Escocia hasta Londres, para vivir bajo las órdenes de un tutor designado por aquel para que administre sus posesiones hasta que ella alcance la mayoría de edad o contraiga matrimonio. Bárbara, desde luego, no acepta esta situación, ella se considera lo suficientemente capaz para gobernar sus bienes y su vida, sin embargo, las normas de la época no consienten que una mujer viva de manera independiente. A pesar de todo, piensa que podrá convencer al vizconde de Maine, su futuro tutor, de que ella no lo necesita. Sin embargo, no sabe con lo que se va a encontrar.

Y así es, pues a Alan Chambers, tutor de Barbara, no le hace ninguna gracia tener que hacerse cargo de ella, pero está dispuesto a cumplir ese cometido. En principio, los modales de Alan no agradan de ninguna manera a Barbara; su forma tan ruda de comportarse y ese carácter tan posesivo que muestra hacia ella hacen que le considere un hombre insoportable, pero al mismo tiempo no puede evitar sentir una enorme atracción hacia él. Y es que Alan derrocha atractivo y elegancia por los cuatro costados. Bajo esa apariencia dura y en algunas ocasiones desagradable, se esconde una persona atormentada por un hecho sucedido en el pasado, que ha hecho de él alguien que no cree en el amor ni en el compromiso, por lo que no tiene ningún interés en enamorarse. Sin embargo, las cosas cambiarán cuando Barbara llegue a su casa; él tampoco puede controlar la atracción hacia esa mujer impetuosa y rebelde, que pondrá su mundo patas arriba desde el primer instante en que la conoce.

Hay que destacar otros dos personajes femeninos que aparecen en la novela: Lili, la sobrina de Alan y Charlotte, la abuela de este último. Si las ideas de Barbara se consideran adelantadas para su tiempo, las de Lili se salen; ella, una joven divertida, ingeniosa que se rebela contra las normas establecidas para las mujeres y contra toda clase de injusticia, su modo de actuar es algo del todo inusual para la época. Y Charlotte, otra mujer que se adelantó a su tiempo; es una mujer adorable, simpática y sin pelos en la lengua a la hora de decir verdades. Ejemplos de protagonistas femeninas que no aceptan las condiciones que tenían que soportar las mujeres de aquella época.

Como viene siendo habitual en las novelas de Nieves Hidalgo, la ambientación histórica está muy bien cuidada. Sitúa a los personajes en el contexto histórico de la Regencia Inglesa y aparte de detallar todos los grandes lujos en que vivían las clases más altas de la sociedad, también describe las míseras condiciones de los más pobres, sobre todo la situación de los niños huérfanos. Y señala la iniciativa, que llevaron a cabo un grupo de nobles para que se tomaran medidas con las que intentar solucionar esas situaciones de pobreza.

Y no hay que olvidarse del misterio del Ojo del Taimir, la magnífica esmeralda que posee Bárbara y sobre la que se dice que pesa una maldición; una joya perseguida por muchos que serán capaces incluso de cometer cualquier crimen con tal de obtenerla. Un misterio que se resolverá de forma sorprendente.

Una novela fascinante, llena de romance, amor, misterio, intriga y una pizca de acción. Con una pareja perfecta y una historia de amor entre ellos que se va fraguando de forma exquisita. Una trama muy bien trazada. Además, la autora utiliza un lenguaje sencillo y una narración ágil, con unos diálogos chispeantes, todo ello hace que el lector se sumerja fácilmente en la historia. Esto es lo que nos ofrece esta obra, y es solo el principio de la trilogía, así que a seguir leyendo las siguientes.
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Viajamos al Londres de 1818 para disfrutar de la primera entrega de la serie «Un romance en Londres». Son novelas autoconclusivas con diferentes parejas protagonistas, así que no os vais a quedar a medias.

Barbara Ross tiene veintidós años y acaba de perder a su tío, el hombre que la crió tras la muerte de sus padres. Y encima, descubre que tiene que abandonar su hogar porque su tío le asigna un tutor en su testamento. La chica es decidida y resolutiva, y va a dejárselo claro al desconocido que ahora rige su vida.

Alan Chambers, vizconde de Maine, tiene veintinueve años y es soltero por elección. No tiene intención de casarse y sufrir como su padre. El noble, que esperaba a una niña, se sorprende al encontrarse con una bella, y peleona, dama.

Los personajes me gustan y tienen química desde el principio. Algunos de los secundarios protagonizarán sus propios romances en futuras obras. Me ha encantado la abuela.

La novela está bien escrita, es entretenida, tiene partes divertidas y diálogos con chispa. Disfrutamos de un romance a fuego lento y de un misterio a resolver. Es un romance histórico ameno y fácil de leer. Estoy deseando ponerme con el resto de libros de la serie.

Os animo a darle una oportunidad a la novela. La autora es, al menos para mí, una apuesta segura, así que os la recomiendo.