¿Por qué murió el mayordomo?

Hubo una época en la que, aludiendo a las novelas de misterio, se decía, en tono de burla, que el asesino era el mayordomo, para referirse a aquellas que contenían elementos estereotipados , y una resolución simplista, sin mucho misterio, en una época en que el género destacaba por cantidad y no tanto por calidad. Debo reconocer que, sin embargo, en mi vasta experiencia como lector, sólo en dos ocasiones he visto cumplida esta premisa.
Esta referencia viene a cuento de esta novela escrita por Georgette Heyer en 1933, que, a mi juicio, no destaca precisamente por la calidad, y en la que, contrariando al decir popular, el mayordomo es la víctima. La historia comienza cuando, en un oscuro cruce de caminos aparece, dentro de un auto, el cadaver de un hombre, del que poco después se comprueba que se trata del mayordomo de una antigua mansión.
Clásica novela de misterio del tipo whodunit, nos encontramos con un detective aficionado, unos agentes de policía torpes e ineficientes, personajes estereotipados - alguno de ellos, sin embargo simpáticos, pertenecientes al mundo de la aristocracia rural, una jóven dama en apuros, un misterio del pasado que es la clave de una serie de muertes y el descenlace con la resolución y la explicación en las últimas páginas.
Pese al uso de un lenguaje cargado de humor e ironía, la lectura por momentos se torna tediosa y el final es predecible.