Al mismo tiempo surgió en mí un extraño y nuevo sentimiento lleno de espinas. ¡Me sentía superior a mi padre!
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Al mismo tiempo surgió en mí un extraño y nuevo sentimiento lleno de espinas. ¡Me sentía superior a mi padre!
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Había jugado a ser hombre y héroe y ahora tenía que soportar las consecuencias
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Mi pecado no era esto o aquello; mi pecado era haber dado la mano al diablo.
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Cuando me dominaba la ira, me convertía en un ser terrible que hacía y decía cosas cuya maldad sentía profunda y ardientemente mientras las hacía y decía.
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Sí, yo pertenecía al mundo claro y recto, era el hijo de mis padres; pero adondequiera que dirigiera la vista y el oído, siempre estaba allí lo otro, y también yo vivía en ese otro mundo aunque me resultara a menudo extraño y siniestro, aunque allí me asaltaran regularmente los remordimientos y el miedo.
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En este mundo existían las líneas rectas y los caminos que conducen al futuro, el deber y la culpa, los remordimientos y la confesión, el perdón y los buenos propósitos, el amor y el respeto, la Biblia y la sabiduría. Había que mantenerse dentro de este mundo para que la vida fuera clara, limpia, bella y ordenada.
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Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularismo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del Mundo, sólo una vez de que modo y nunca más.
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Los poetas cuando escriben novelas, suelen hacer como si fuesen Dios mismo y pudieran abarcar con su mirada toda una historia humana, comprenderla y exponerla como si Dios mismo la relatase, sin velo ninguno, revelando en todo momento su más íntima esencia.
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es bueno tener conciencia de que en nosotros hay algo que lo sabe todo
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No tiene usted por qué compararse con los demas, y si la naturaleza le ha creado para murciélago, no debe usted aspirar a ser avestruz.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises