Y el mundo no dejaba de girar

Primera lectura del otoño y del reto Leo Autoras Octubre.

Este libro fue el ganador del Premio Jaén de Narrativa Juvenil en 2020. La portada me parece preciosa (y muy acorde a la época), y la autora es la misma a la que conocí hace unos años y que me ha gustado desde entonces. Pero la historia cuenta con un estilo muy diferente a los Cabana. Me ha costado mucho (y ni siquiera puedo asegurar que lo haya logrado) encontrar a Susanna Herrero entre sus páginas. Es un libro juvenil con diálogos y actitudes más propias de preadolescentes que de chavales de segundo de bachiller.

Los capítulos son largos, cosa que ya sabéis que no me gusta nada. Además, están plagados de monólogos internos de la protagonista, hay demasiadas reflexiones. le restan mucha agilidad a la historia.

Este podría ser un claro ejemplo de friends to lovers, pero Usune y Paul ellos jamás han compartido nada realmente. de repente, un día cualquiera, se besan porque sí y a partir de entonces empieza el interés amoroso. No me lo he creído. Aunque sí me han gustado algunos momentos bonitos que comparten a lo largo de la historia.

Tampoco he conectado con la protagonista, Usune. No comparto sus actitudes y, puedo decir que, en muchas ocasiones, tampoco las he entendido. Con Paul, en cambio, he ido de menos a más y me ha acabado cayendo bien. Hubiera disfrutado más del libro si tuviéramos su punto de vista.

No me esperaba la parte dramática de la novela. Cuando la compré pensaba que era un New Adult romántico y divertido, un libro cozy otoñal que te deja el corazón calentito, pero nada más lejos. Esto ya es opinión personal, pero en este momento no necesitaba más drama en mi vida, como dijo Alaska.

Pese a que haya ganado un premio, creo que, objetivamente, no es el mejor libro de la autora. Aun así seguiré leyendo sus próximos proyectos.