El enganche que he tenido con este libro ha sido brutal. En ningún momento me he visto aburrida, ni con ganas de dejar de lado la lectura, estos días he estado metida en la historia de una manera brutal desde las primeras páginas. Si es verdad que algunas cosas se saben, pero te engancha la manera de narrar de la autora, y también por supuesto esperando el momento de cuando se iba a saber todo, o cómo se iba a solucionar, si eso llegara a ocurrir. La lectura ha sido también muy amena gracias a la alternancia entre pasado y presente. En el pasado nos encontramos a los protagonistas desde pequeños hasta su adultez. Y en el presente nos topamos con una Priscila que huyó a América por algo que hizo Alex, abandonando todo, su vida, su relación y a su familia, volviendo después de 4 años para un reencuentro que no será como ella ni él se esperan. Recomiendo este libro muchísimo, una y otra vez lo haré, yo ya estoy enganchada a la familia Cabana y me muero por conocer las historias de los hermanos de Priscila, que ya tienen un parte de mi corazón ganada.
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