Sangre de bellota

Hoy os traigo una reseña de un libro un poquito diferente. Lo primero de todo, agradecer a Caligrama vía Edición Anticipada por el ejemplar.

Esta historia pertenece a un género que actualmente está volviendo a resurgir de sus cenizas que la Cachava y Boina en la que tendremos una auténtica historia plagada de vampiros malvados e incertidumbre. Es una historia a la que no estamos acostumbrados, ambientada en un pueblo rural con sus gentes a las que notaremos muy cercanas y reales viviremos una extraña historia de vampiros con muchos toques de humor.

La novela es ligera, muy cortita, pero, además, está escrita de una forma cercana con un ritmo muy ágil y con un tono de humor ya que el autor hace un gran uso de la ironía es sus textos y descripciones y todo esto hará que pases un gran rato leyéndolo.

En cuanto a los personajes, tenemos un buen abanico de arquetipos que asociaríamos a un pueblo pero no están tratados de forma insultante ni ridiculizados. Entre ellos encontraremos a Ceferino, el cacique de Cañete del Retemal, un personaje avaricioso y egoísta, su séquito de empleados rumanos, llenos de supersticiones, su hijo mimado y malcriado que es el señorito del pueblo, los cotillas, los fortachones del pueblo, los bichos raros, como Lucio, que leen libros de terror y fantasía, y un largo etcétera de personalidades.

Mientras Ceferino prepara una de sus habituales cacerías con gente de clase alta y muy ricos, que siempre reportan mucho dinero y con ello algo de trabajo a la gente del pueblo, un incidente con el padre de su capataz hará que todos los planes se trastoquen convirtiendo el pueblo en el coto de caza de un vampiro sediento de sangre que no dudará en atacar a lo habitantes de forma sorprendente.

Durante parte de la narración el propio autor se dirige de pronto a nosotros, haciendo una serie de reflexiones sobre el tema. al principio me pareció un poco raro y me descolocó pero a medida que me iba adentrando en el libro fue una parte que me acabó encantando del libro. También de vez en cuanto hace alguna reflexión a modo de resumen de cómo está la situación en el pueblo. La verdad es que la historia es muy divertida.

La trama se va desarrollando de forma lineal, sacando una pequeña parte donde el autor nos aclara un poco por qué ha empezado toda la historia, y poco a poco los vampiros y los lugareños que van dando cuenta de lo que les ocurre y aceptan por fin que están siendo atacados por estos seres sobrenaturales salidos de vaya usted a saber dónde. Y como a Ceferino Morales nadie le toca los cojones, todo el pueblo decide darles caza con las ideas más descabelladas que se les van ocurriendo y con curiosias consecuencias.

En general, ha sido una lectura ágil, divertidísima y muy entretenida que os recomiendo para pasar un buen rato disfrutando de una historia de vampiros a las que no estamos tan acostumbrados y con un final que os sorprenderá.
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Gracias a esta lectura he descubierto a un autor patrio que tira de sátira, humor y cara dura para contarnos una historia rocambolesca, entretenida, cargada de crítica social y olor a "rancio".

Es una novela de vampiros, de esos a los que si les da la luz del sol o les echas agua bendita se convierten en cenizas, de los que para acabar con ellos hay que clavarles una estaca en el corazón y cortarles la cabeza después y a los que hay que dar permiso para entrar en casa ajena. Sí, vampiros de toda la vida.

A esto hay que añadir la localización, un pueblo pequeño perdido entre los Montes de Toledo llamado Cañete del Retamal, y unos personajes que son caricaturas de algunos de los vecinos que cualquier pueblo español que se precie ha de tener en su censo. Como uno de los personajes que más peso tiene en la trama tenemos al cacique del lugar, Ceferino Morales, dueño de casi todo el pueblo, nada se hace sin su consentimiento y controla todo lo que pasa en él. Es malhablado y arrogante y nos deja perlitas como la siguiente: "Si algo tenía claro Ceferino Morales es que a él nadie le tocaba los cojones. Y aquella noche se los estaban tocando. Mucho".

La historia comienza con la muerte del abuelo del capataz rumano de la finca de Ceferino, Cosmin. Cuando el cacique le obliga a deshacerse del cuerpo al ser un inmigrante ilegal, la desaparición del mismo es el punto de partida de la historia que acabará en una batalla entre vivos y no muertos por la supervivencia.

Y entonces, ¿qué tiene esta historia tan típica para que me haya gustado tanto?. Pues mi respuesta es que es una narración fresca con un lenguaje sencillo y directo, donde el autor de vez en cuando se dirige hacia el lector (lo que por lo menos a mí me ha encantado y me ha ayudado a meterme en situación), con unos personajes extremos, con situaciones inverosímiles e hilarantes, con mucha sorna y mucha acción. En definitiva una historia muy entretenida y divertida que merece la pena ser leída.

Para fans de autores como Eduardo Mendoza, entre los que me cuento, es una novela imprescindible.
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