- Nena, creo que tenemos un problema. -Le oyó decir entonces
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- Nena, creo que tenemos un problema. -Le oyó decir entonces
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- Cuatro mil setecientos cincuenta y siete... - Lo escuchó murmurar. - ¿Qué? - Son los días que he soñado con volver a tenerte así - dijo, estrechando aún más su cintura. |
Apenas tenía catorce años, no era más que un crío, pero a pesar de eso, a pesar de que no tenía ni idea de lo que todo aquello significaba lo supo, supo que era Sofía. Y diecisiete años después, lo seguía siendo. |
- Mi pequeña - Le susurró, ahondando más en ella-, con labios de miel y mirada de noche... -Parece una canción -musitó halagada mientras alzaba los dedos para secar otra lágrima peregrina. -Tú siempre has sido mi mejor canción -le confesó, y ella suspiró estremecida por su voz cálida y sus palabras que le acariciaban el alma, tal y como le había prometido. |
-Toda la vida no me va a bastar para conseguir que me perdones -murmuró contra su cabello-, pero déjame estar a tú lado y tratar de compensarte, día tras día, todo el daño que te he causado. Haré lo que sea......
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-¡Claro que no! -lo encaró-. Lo he comprado con lo que me pagas trabajando en el taller. ¡Y yo con mi dinero hago lo que me sale de las narices! -remató, y como resultado a su envalentonamiento, su padre le rompió la cara de un guantazo y aplastó el teclado entre el suelo y su bota de mecánico. Luego se largó dando un portazo.
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Era la CV408,con novecientos sesenta metros desde el cruce que acababan de dejar atrás hasta la gasolinera y en los que apenas había un par de curvas, una a la derecha otra a la izquierda, suaves; ni siquiera había que frenar, por lo que, ¿qué insólito mótivo existiría para que el único coche que podría pasar por allí a esas horas de la noche se comiera una de ellas y se metiera en el carril contrario... llevándoselos por delante?
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La edad de la inocencia