Anoxia

.
📚 Anoxia
♂ Miguel Ángel Hernández
📕 Kindle

_________________________

&#xNaN4&#xNaN

No sé quién de las dos recomendó que leyéramos este libro pero es que llevaba mi nombre y el de @okrabooks . Si tuviera que resumir este libro lo haría en dos palabras. Muerte y fotografía.

¿Qué se nos cuenta en Anoxia? Dolores, una viuda consumida en su luto, no encuentra ninguna razón ni para seguir adelante ni para cerrar el pasado. Desde la muerte de su marido no es capaz de levantar cabeza y los recuerdos le pesan. Hasta que un día aparece Clemente en su vida. Un fotógrafo retirado que le hace un encargo de lo más curioso. En un principio lo que resulta ser algo macabro, con Clemente aprende que hay algo más en la fotografía postmortem, y es ver la muerte desde su punto de vista más hermoso. Clemente le enseña la técnica, el arte de la fotografía antigua, el revelado y el uso adecuado de las herramientas.

La narración es increíble. Sin caer en la tristeza y la pesadumbre de la pérdida, el autor es capaz de narrar con frases muy filosóficas y llenas de profundidad que la muerte es solo eso, otro capítulo más en nuestra vida.

No quiero indagar mucho porque sería un spoiler, pero hay algo que no me ha gustado, y ha sido el final. A lo largo de la novela vemos una evolución positiva de Dolores, pero no he entendido qué ha querido enseñarme el autor con el final. Dolores además de meterse en asuntos familiares ajenos a ella, va de moralista enseñándole una lección a Clemente. Esto ha hecho que sufra y que baje de esa quinta estrella. A Clemente nadie me lo toca.

Aún así, lo recomiendo al 100%. El personaje de Clemente es maravilloso y el tema que abarca la novela sublime. Si no os pesan o afectan mucho estos temas lo recomiendo totalmente. Es un libro con una historia muy bonita y además aprendes de fotografía 😁

✴ ¿ Conocéis más libros sobre este tema?
✴¿ Que opináis sobre la fotografía postmortem?

La falta de oxígeno es algo que puede llevar a la muerte o a un nuevo despertar. Es un nuevo vacío que acorrala al que ya existía y lo reduce a un mero recuerdo, ahogado por su propia caducidad.
La fotografía es un arte que preserva lo que existió y que tiene, como todo, sus limitaciones. No se puede retratar lo que no tiene forma. ¿O sí? ¿Puede reflejar una instantánea el justo momento en el que el alma se debate hasta dejarse ir? Puede parecer macabro. A mí me parece interesante, un paso de gigantes hacia el cocimiento de lo prohibido. La muerte como paso natural y como testimonio de vida.
Este libro como una vuelta a las costumbres de antaño. Como cataclismo. Como bombona de oxígeno con la que sobrevivir hasta ver cómo la culpa muere por falta de alimento.

¿Puede ser nuestro el dolor de los demás? ¿Y los muertos que no hemos podido despedir?

Llenar imágenes vacías con el poder del tiempo y el recuerdo, o al revés, vaciar la memoria en la fotografía, que esta solo simbolice el instante preciso. ¿Somos las imágenes que hemos visto o aquellas que no nos atrevimos a ver?

Sin duda, una de las virtudes de la escritura de Hernández es cómo toca con suavidad pero certeza el interior de los personajes. Anoxia es una obra con el punto justo de fuerza para tironearte e introducirte en la sucesión de palabras, siempre en un movimiento de fuera hacia dentro, de fuera hacia dentro.

Sí que hay una cierta tendencia a arremolinar sentencias al final de ciertos párrafos o secciones del libro, una cadencia que esconde en la simplicidad del punto la subordinación del pensamiento a la frase. Como recurso ocasional es muy efectivo, pero quizá abusar de él le resta, paradójicamente, emotividad.

La historia es mucho más que interesante, el poder conocer con más detalle la trastienda del arte de la fotografía y esa inquietante pero sugestiva tradición de retratar a nuestros seres queridos antes del adiós definitivo.

Pero, curiosamente, si hay un momento en la novela que más me ha gustado es la reflexión sobre los cuidados paternos y el efecto que eso provoca en la pareja de la protagonista.

No es que esto sea algo negativo, todo lo contrario, en todo caso curioso. Lo que consigue es hacerme pensar en que, para que una novela funcione, da igual el escenario que proyectes y las técnicas que utilices, al final lo que importa es el vibrato que en determinado momento hace brillar las situaciones desgastadas en la literatura y la vida, como la manija de una puerta conocida deslucida por el uso.

Dolores acaba siendo como uno de aquellos peces sin aire que poblaron las orillas del Mar Menor hace unos años. Pero ella consigue escapar, consigue mirar hacia delante (“Porque una cosa es ver y otra es mirar”) pese a sentir obstruido su pecho con la ausencia de lo no digerido y la pútrida culpabilidad de los años.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..

Desde hace años la imagen analógica ha ido perdiendo peso en favor de la imagen digital. ¿Quién se acuerda ahora del revelado químico tradicional cuando vivimos en la época de la banalización de la imagen y los filtros que falsean la realidad? Si precisamente esto nos parece lejano, hay quienes desconocerán la existencia de la fotografía ‘post mortem'.

El último libro de @m_a_hernandez nos sitúa en un pueblo costero del #MarMenor murciano donde Dolores, una viuda de 60 años, es la dueña de un estudio fotográfico en horas bajas. Una mujer en proceso de duelo que recibe el inusual encargo de un fotógrafo local: fotografiar “los muertos de los demás”, como señala el hijo de Dolores al enterarse de la noticia y a cuya tarea la anima.

A través de esta premisa, se nos revela la tradición hoy relegada de la fotografía 'post mortem' y con la que, encargo tras encargo, Dolores descubrirá la capacidad de esta práctica para superar el duelo por la pérdida de un ser querido. Porque es posible crear imágenes para prevenir el desdibujo del olvido: “Las imágenes calman, cauterizan las heridas. le dan forma a un vacío, lo nombran, lo hacen visible, pero también protegen de él. En ocasiones, incluso, logran apresarlo.”

En esta novela de @anagramaeditor vuelven los temas recurrentes que tanto me gustan de su autor: la imagen y el arte -con que sutileza consigue Miguel Ángel que la tradición de la fotografía de los muertos cobre vigencia de la forma más humana-, la memoria -excelente la reflexión sobre los cuidados paternos, que suele recaer en las mujeres, y el efecto que eso provoca en la pareja-, el duelo y la muerte, éstos últimos además de una forma que nos tocan la fibra a los murcianos. Y es que el término #Anoxia que da título al libro hace años que se ha colado en el vocabulario de los vecinos de los pueblos de la costa del Mar Menor, y nos trae de nuevo la imagen de los miles de peces que aparecieron agonizando en Murcia tras las DANAS de 2019 y la borrasca Gloria en enero de 2020. Un Mar Menor que es también tan protagonista como la propia Dolores.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..