El jardinero

La trama de «El jardinero», de Alejandro Hermosilla, es simple: en un castillo medieval, entre damas y nobles, trabaja un repulsivo jardinero (no solo física, sino moralmente también) a quien nadie puede despedir porque cuenta con un contrato de por vida para ejercer su oficio en este lugar; un trabajador cruel y desagradable que ni siquiera conoce los rudimentos de su oficio. Y hasta aquí lo simple.

Desde el inicio se crea la sospecha de que este ser repulsivo lleva a cabo acciones de lo más condenatorias, pero según avanza la historia se siembra la duda de si en verdad es él el monstruo, si no lo serán el resto de personajes que van apareciendo en la trama, o si quizá el peor de todos sea el mismo narrador (aquí no se salva nadie).

Con descansos que saben a bocanadas de aire fresco en los que el autor nos habla de la historia de la jardinería y de su uso en la literatura, la narración en se compone de fragmentos aparentemente desorganizados que van componiendo una historia que más bien parece una pesadilla, que va generando malestar en el lector pero que a la vez, paradójicamente, le va creando la necesidad de saber más.

Un libro complejo e impactante, directo, kafkiano, por momentos sádico e incluso desagradable, que habla del odio y la maldad pero no como contrapunto del bien, sino simplemente del mal que rige e invade todo. El estilo de Hermosilla me ha parecido súper original y con mucha personalidad, lo que quizá sea la razón de que este libro sea tan especial y no tanto la historia en sí; podía estar contada de otra forma y no resultar tan impactante, porque cuenta una historia que va más allá de lo que escribe, que es transmitida a la perfección a pesar del caos y la confusión que pueda generar el desorden cronológico que reina en todo el libro.

Me ha dejado muy sorprendida esta obra tan original y genuina, tan onírica y a la vez tan real, tan misteriosa y al mismo tiempo tan clara. Si me dicen que está escrita por un autor clásico, me lo creo. Sorprendente.
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Una lectura que no me ha dejado indiferente, sentimientos de repulsión, asco e incertidumbre. Una mezcla de locura y surrealismo onírico para un libro que se lee rápidamente pero con cara de poker.
El final es tan descabellado que te dejará boca abierto.

Un libro extraño.