Tres momentos de una vida

Tres momentos de una vida fue publicado en 1915.
Es una historia hermosa y deja un mensaje muy interesante.
Cuando lo comencé me pareció que sería distinto, va que, era así; mientras avanza la historia, vamos conociendo un verano de Knulp (un vagabundo por voluntad), sus pensamientos y su fin. El libro se compone de esos tres capítulos, y mientras iba leyendo se sentía tan real, su prosa esta escrita como si fueran canciones con melodías armoniosas. Me ha gustado mucho y lo volvería a leer más adelante, ya que, es de los libros de los cuales aprendes algo nuevo cada vez. Una historia muy natural, muy humanizado.
Agradezco a la persona que me lo recomendo y también por prestarme el libro, tenía toda la razón, es buenísimo.

Uno de los libros que más me impactaron a mis 20 años fue “Demian”. Definitivamente marcó un antes y un después en mi formación lectora, y le tengo un aprecio enorme.

“Knulp” fue escrito antes que “Demian”. Antes por supuesto que “El lobo estepario” o “Siddharta”, obras magnas del autor. Se nota que fue escrito en una época temprana del Premio Nobel, aunque esto no desmerece su lectura.

El libro se compone de tres relatos protagonizados por un vagabundo llamado Knulp, en tres momentos vitales muy diferentes. En el primero nos encontramos a un joven intenso y seductor, y en el segundo a un hombre más reflexivo y pausado. En el último, nuestro protagonista, melancólico, comienza a notar el decaimiento propio de la vejez, y a cuestionarse las decisiones del pasado que le llevaron a adoptar este camino y no otro más convencional.

En los relatos este trotamundos encontrará cobijo y conversación en distintos hogares. Aunque también se topará con el rechazo e incomprensión de quienes no entienden su estilo de vida. Él mismo se acaba preguntando hasta qué punto se ha equivocado al haber abrazado esta vida nómada y sin raíces.

“Knulp” nos habla de la importancia de vivir en primera persona experiencias diversas para adquirir un conocimiento real del mundo. Habla de la fugacidad del tiempo, de la insatisfacción personal, de la nostalgia por el pasado y de la soledad.

Nos habla, en especial, de que no tener posesiones materiales ni familia no es sinónimo de no tener nada. Porque tan o más importantes son elementos intangibles como cultivar la capacidad de dejarse deslumbrar y deleitar por la belleza del mundo que nos rodea o amar la naturaleza. Porque tan valioso resulta conservar la humildad como el bien preciado que es, aprender a aceptar al diferente, y establecer relaciones de amistad desinteresada con otras personas.

“Knulp” es un librito que se lee con satisfacción en un par de tardes, pero que perdura en la memoria, al igual que el resto de obras de Hesse, por su aspecto filosófico y sus sugerentes reflexiones sobre la condición humana.