Cómo en toda su obra, Hesse recae de nuevo en pensamientos suicidas, una contemplación de la existencia algo nihilista, crítica a la burguesía y dicotomías. "Alma de niño" me recuerda un poco a la atmosfera que crea Proust con el memorable momento de la magdalena, tiene más interés que la historia que le sigue con "Klein y Wagner" o lo que yo veo como un Harry Haller ("El lobo estepario") fallido. de nuevo la dualidad humana pero sin ningún interés para aquellos que hayan leído más a Hesse. Para acabar, "El último verano de Klinsgor" nos deja por lo menos con algunas descripciones bellas que pueden aportar algo de inspiración.
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