Tras los eventos de "El gris" y la lucha final, las cosas se han calmado en Cuatro Caminos, o ese parece, porque una extraña enfermedad está brotando de los árboles y afectando a los habitantes del pueblo. La única que parece es prestarle atención es la joven May Hawthorne. El resto de jóvenes fundadores está ocupado en sus propios problemas familiares. El hermano Isaac ha vuelto a la ciudad y sus intenciones no están claras. Violet aún sigue asumiendo sus poderes y su legado como fundadora, mientras que Justin tiene que aprender a vivir sin ser el chico de oro del pueblo. Y, por supuesto, Harper tiene mucho que superar después de lo perdido y ganado durante el verano. Además de sus propios problemas familiares, los cinco jóvenes de las familias fundadoras siguen sin confiar los unos en los otros y parece que no se dan cuenta de que la única manera de poder proteger al pueblo es estar unidos. Por eso esta novela es más lenta, una gran parte de la trama se centra en que los jóvenes aprendan a confiar los unos en los otros. Me ha gustado mucho ver como el proceso de la creación de confianza es lento y complicado, como sería en la vida real. En esta segunda entrega también veremos muchos más secretos familiares, todos revelados y resueltos al final. Mucha intriga y misterio en relación al gris y a la bestia que lo encierra y algún que otro giro inesperado. Por supuesto tendremos poderes mágicos de tipos diferentes, escenas de tensión y peligro, alguna que otra lucha y también momentos de amor que dan un punto de esperanza a una historia que mantiene su atmósfera oscura. En resumen, "La baraja de los presagios" es un final de bilogía muy bueno, con nuevos misterios que quedan resueltos y una atmósfera peligrosa y llena de magia. + Leer más |