Ponte en mi lugar

3.5/5 estrellas.

Ponte en mi lugar, por Sam Hepburn, está contada desde una doble perspectiva.

Tenemos a Aliya, una adolescente afgana de catorce años, que huyó de Afganistán con su madre, su hermanita y su hermano después de que todos recibieran amenazas de muerte por parte de los talibanes. Literal que nuestro libro comienza con Aliya y su familia escapando por poco, y con esta gente pisándole los talones.

Consiguen huir y, posteriormente, comienzan a vivir una nueva vida en Inglaterra, en un departamento derruido pero con nuevas esperanzas para su futuro. Sin embargo, todo da un giro inesperado cuando Behrouz, el hermano mayor de Aliya, desaparece y aparece en las noticias acusado de ser un terrorista.

Por otro lado, contamos con la historia desde el punto de vista de Dan, un adolescente inglés que trabaja reparando celulares, pero que por cosas del destino termina un día ayudando a su padre con trabajos de fontanería.

Su historia se entrelaza con la de nuestra protagonista cuando, inesperadamente, encuentra un arma dentro del departamento mientras reparaba una tubería.
Y por si fuera poco, termina envuelto en una situación extremadamente peligrosa por presenciar —aunque milagrosamente sin ser detectado— una escena que lo conecta directamente con la verdad sobre el hermano de Aliya, pero que no puede confesar puesto que su padre podría estar involucrado en ello.

Empujados al extremo con la necesidad de proteger a sus familias, Aliya y Dan se aventurarán en una búsqueda incansable sobre la verdad de todo, pero, ¿qué ocurrirá si nuestra chica se entera que este nuevo aliado le oculta algo tan importante? Y, principalmente, ¿podrá confiar en el resto de las personas que se crucen en su camino?

Bien, este libro aborda el tristemente siempre relevante tema del terrorismo y la difícil situación de las personas que tienen que huir de su tierra natal. Es un thriller juvenil increíblemente tenso, y como no es mi tipo de lectura habitual, me mantuvo intrigada todo el tiempo. Aliya está decidida a limpiar el nombre de su hermano, y eso es algo que amé. No dudó de él en ningún momento a pesar de que parecía tener todo en contra. Por otro lado, Dan está determinado a descubrir la verdad de una vez por todas sobre las actividades delictivas en las que su padre puede o no estar involucrado. Ambos están dispuestos a encontrar respuestas, y ocultándose verdades entre sí, cuando el otro es lo único que tienen. Qué difícil.

En cuanto a los personajes, Aliya me gustó mucho pero sentí que le faltó profundidad. Tuvo que pasar por mucho a sus cortos catorce años, tanto que realmente me olvidaba la mayor parte del tiempo de lo joven que es. Igualmente, crece tanto al verse empujada al extremo por ciertas situaciones que debo aplaudir su espíritu fuerte, su valentía e inquebrantable lealtad.
Otra parte que destaco es que ella es nueva en Inglaterra y, aunque habla muy bien inglés, también hay muchas diferencias culturales, tanto en el idioma como en la forma de vida en Inglaterra que se muestran a lo largo de sus experiencias durante este libro. Fue interesante ver qué tipo de cosas la confundían o le dificultaban la comunicación.

Pero a Dan sí que lo disfruté. Es un personaje con problemas familiares que está tratando de resolverlos sin lastimar a nadie, a pesar de que se siente absolutamente perdido al no saber si creer o no en su padre. Este chico tiene la valentía suficiente como para ponerse en riesgo más de una vez con tal de sacar la verdad a la luz.

Me gustó el cómo se desarrollaron las situaciones, cómo terminó conectándose todo, y a pesar de que varias cosas eran predecibles, no afectó en mi decisión final. Fue de lectura muy rápida y llena de giros que me mantuvo súper enganchada.
Otra cosita es que amo todo lo que tenga que ver con el narcotráfico ㅡno me malentiendan(?)ㅡ, y ver cómo unos niños de catorce años luchaban por desmantelar toda una red enorme de corrupción fue espectacular. Sin embargo, por todo lo que tuvieron que pasar, mis pobres bebés.

Y lo más importante de todo me pareció este elemento del terrorismo y la forma en que lo cambia todo.
Behrouz es de Afganistán y eso parece ser todo lo que se necesita para unir a todos los que han estado en contacto con él con la creencia de que él podría haber llevado a cabo este ataque. A pesar de lo honesto, honorable y buena persona que es. Incluso con su intachable historial de ayuda al ejército británico, y a pesar del hecho de que no apoyaría a los talibanes cuando recientemente han intentado asesinar a toda su familia. Incluso más allá del sentido común que demuestra que no habría tenido tiempo para llevar a cabo un atentado terrorista —y ni siquiera planearlo— cuando llevaba en el país un período tan corto de tiempo. La islamofobia se sintió todo el tiempo, y me pareció espectacular que se tocara en un libro para adolescente.

Esta historia puso la diversidad cultural sobre la mesa y no de manera simbólica y superficial, sino de una forma que te hace sentir empatía y reflexionar.

Sin embargo, mi calificación final se debe simplemente a que con este libro terminé de comprobar que no estoy hecha para los thrillers, ni siquiera para los juveniles se ve, porque en cierto punto me agarró un ataque de ansiedad tremendo, y lo que eso conlleva para mí me terminó poniendo a prueba y bajó muchísimo su puntaje. Sí, controlo mi trastorno con medicación, pero leyendo me agarró en un momento del día en el cual no podía tomarla y fue un momento tremendamente espantoso.

¡Pero es un gran libro! No tiene ningún desperdicio. Sé que lo disfrutarán mucho.
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