El viejo y el mar

De vez en cuando me gusta leer una novela dedicada al mar. Es un tema que me ha gustado desde que era pequeña, pero nunca se me había ocurrido leer este clásico. Y sabía que no me iba a fallar.

Esta se trata de una novela corta, que no se divide en capítulos, pero cuya lectura es muy fluida. Además, debido a su brevedad, es muy rápida de leer. Aunque no es demasiado profunda, sí que tiene algún que otro momento de reflexión, sobre todo por parte del viejo, por lo que vamos acompañando sus pensamientos y reflexionando con él.
Al principio, no puedes sino simpatizar con el protagonista, queriendo que acabe su propia mala suerte, que pueda pescar algo para que se sienta más útil. No obstante, es su amor por el mar y por todas las criaturas que habitan en él el que hace que llegado un punto de la lectura ya te de igual que pesque o no, ya que comienzas a amar el océano con todos esos peces en él.

Siempre me ha parecido curioso que me gusten este tipo de libros, que se basan en pescadores que se hacen a la mar para atrapar al más grande y magnífico pez conocido. No es el matar el animal o atraparlo lo que me lleva a leer esta clase de libros, sino el amor por el mar y los peces que estas personas sienten, el respeto que tienen por ellos. Sus motivaciones para pescar suelen ser más profundas que solo matar a un animal y comérselo, y aunque no suelen ser puras, me parecen suficientes. Este es uno de esos libros en los que vuelves un vez más a apreciar el mar y los animales marinos. Un clásico muy recomendable.