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Robert Heinlein fue un escritor norteamericano que desató una gran polémica cuando publicó Tropas del espacio. Su posición política siempre fue un tanto ambigua ya que sus novelas a veces mostraban lo contrario a lo que él pensaba. Pero como toda ficción, la novela de ciencia ficción no debe ser leída como un tratado científico o como una verdad fehaciente, así mismo tampoco debe ser concebida como un mero material de entretenimiento. En esta novela, la personificación y la política tienen un punto importante a lo largo de la novela, podríamos decir que es el nucleo de esta ficción. La novela nos narra desde la perspectiva de Lorenzo, un actor que es contratado para personificar a Bonforte, un candidato político con ideas integradoras. Lorenzo tiene una gran maestría para doblar a cualquier personaje. Pero en este caso adquiere tal compenetración con el papel que logra convertirse con el tiempo en el hombre a quien imita. Lo más resaltante de esta historia es la personificación, la cual llevada a su máxima perfección, puede convertir a una persona en otra. La idea que se explora es provocativa, porque vemos que la adopción de otra personalidad puede profundizar a tan alto grado que uno se convierte en otro. Es ahí donde la personificación deja de ser actuación. En el libro surge la idea de que la personalidad es maleable, los pensamientos, los sentimientos y hasta la concepción personal del mundo puede ser modificada. Lorenzo, es intervenido quirúrgicamente y sometido a hipnosis para erradicar su miedo a los marcianos y para que su olor no le desagrade. Ello es un punto de partida para que se comprometa en la lucha que tenía Bonforte para integrar a los marcianos en el imperio. La crítica teñida ironía de la prosa de Heinlein hace gala en esta novela. Ya que el papel de político que asume Lorenzo no deja ser caricaturizado en ciertos momentos. A su vez, se critican algunos procesos de una campaña política, como cuando los asesores suponen lo que Bonforte podría pensar al armar su gabinete de ministros. El mismo hecho de intercambiar al líder político de la oposición por un actor cómico desempleado es una clara imagen de ironía. Por último quiero decir que el libro explota una idea trivial de una forma muy original. El pensamiento político de Hinlein se puede hallar entre las líneas de este libro futurista. |
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