Los alcatraces

“ɪʀé ᴀ ʟᴀ ᴏʀɪʟʟᴀ ᴅᴇʟ ᴀɢᴜᴀ, ᴀ ʀᴇᴄᴏɢᴇʀ ʟᴏs ᴏᴊᴏs ᴀᴢᴜʟᴇs ᴅᴇ ᴍɪs ᴘʀɪᴍᴀs ǫᴜᴇ sᴇ ʜᴀɴ ᴘᴇʀᴅɪᴅᴏ, ᴄᴏɴ sᴜs ᴀʙʀɪɢᴏs, sᴜs ғᴀʟᴅᴀs ᴅᴇ ɴɪñᴀs, sᴜ ᴏʟᴏʀ ᴀ ʜᴇʟᴇᴄʜᴏ ʏ sᴀɴɢʀᴇ”.

Librazo. Me ha gustado todo. La historia, el ritmo, los personajes, la tensión narrativa, la maldad que destila, la belleza de las descripciones, afiladas como puñales en ocasiones, poesía pura en otras. No se parece a nada que haya leído antes, me ha removido, me ha espantado, me ha puesto nerviosa, me ha intrigado, me ha hecho maravillarme con el talento de la autora para transmitir tantas sensaciones, emociones, olores, sonidos, sabores. Me he imaginado allí mismo en casi cada escena, fascinada por los oscuros sentimientos que emanan de ese pequeño pueblo costero, larvados durante años en una comunidad anclada en el pasado. Me he visto muda ante el pastor en la iglesia, que habla de un dios que no existe, (no puede existir en un lugar así), bailando en una fiesta, arrebatada por el viento del mar en la oscuridad de una tempestad. He apretado los puños queriendo hacer daño a algún personaje, hacerlo desaparecer, gritarle a otras (¡despierta!, ¡qué haces!), he deseado consolar a Perceval, que no entiende nada, o que tal vez lo entiende todo mejor que nadie.

Varias voces con identidades muy definidas nos narran cada una sus retazos (¿inconexos?) de una historia sórdida y desoladora que solo se vuelve redonda y completa en su mismo final, al que llegas con el corazón encogido.

“ᴛᴏᴅᴏ ᴍᴇ ᴀᴛʀᴀᴇ ʏ ᴍᴇ ʀᴇᴛɪᴇɴᴇ ᴀǫᴜí. ᴄᴀʟᴄᴜʟᴏ ᴍɪ ᴍᴀʀɢᴇɴ ᴅᴇ ʟɪʙᴇʀᴛᴀᴅ, ᴄᴏᴍᴏ ʟᴀ ᴍᴜᴊᴇʀ ǫᴜᴇ ʜᴀ ʜᴇᴄʜᴏ ʟᴀ ᴄᴏsᴛᴜʀᴀ ᴅᴇᴍᴀsɪᴀᴅᴏ ᴀʟ ʙᴏʀᴅᴇ ʏ ᴠᴇ ᴄóᴍᴏ sᴇ ʟᴇ ᴅᴇsʜɪʟᴀᴄʜᴀ ʟᴀ ᴛᴇʟᴀ ᴇɴ ʟᴏs ʙᴏʀᴅᴇs”.

Gracias @editorial_impedimenta por este regalo de novela.

"Las tablas de la casa gimen como árboles en el bosque. En algún lugar de las profundidades del bosque, unos árboles vivos responden a los árboles muertos de la casa…"

✒️ El título original de Los alcatraces, publicado por @impedimenta, es el de Les fous de Bassan (Los locos de…). Locura religiosa, locura doctrinal, locura en el aprendizaje,... locura fatídica.

✒️ Dos adolescentes, envidiadas por su belleza, desaparecen de un pueblo canadiense, marítimo, oscuro, de clima adverso, … donde lo prohibido y siniestro parecen convivir.

"Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas"

✒️ Su último rastro se funde en una playa salvaje con el paisaje marítimo, de constante y fuerte viento y pronto es descartada la voluntariedad de su ausencia. Las voces de los personajes y algunas cartas nos dejan asistir a la ruptura de la cotidianeidad diaria tan anquilosada en la tradición y en un exacerbado culto religioso.

✒️ Crueldad y desconfianza, furia y ruido, crimen y barbarie descritos con el maravilloso lenguaje poético de Anne Hérbet.

✒️ Escribió H. C. Anderson, cuya huella de su paso guarda la ciudad de Málaga, en "La sirenita":

"Tu corazón se romperá y te convertirás en espuma en la cresta de las olas"

Un libro de difícil lectura. Aunque está muy bien escrito, su carácter poético —de hecho el libro entero es un poema con diferentes narradores— y el foco en un único acontecimiento contado de manera fragmentada, lo hace particularmente complicado de leer.
Se centra en el asesinado de dos adolescentes, hecho que es narrado de reojo y de forma onírica, incluso cuando quién cuenta la historia es una persona con retraso madurativo o directamente el fantasma de una de las víctimas que también parece no entender bien lo ocurrido.
De todas formas, es un libro que tiene su valor. al final, es la confesión de un asesino, una confesión con todos sus elementos: el sacerdote que empieza a contar la historia; la penitencia con ese personaje que luego va a la guerra. Y así y todo el asesino tiene suerte. Es el único de sus compañeros que supera la guerra sin un rasguño ni una cicatriz de la que presumir. Y, como nos revela, aún después de haber confesado el crimen consigue ser absuelto del mismo. Por eso, tiene que volver a confesarlo, porque no paga y su desprecio es palmario. Un psicópata egoísta resentido con la familia y un pueblo endogámico, que se siente triste y desesperanzado, sin miras, ni alcance, ni futuro.

"Los Alcatraces" y aunque su prosa es poética y esta maravillosamente escrito no fue un libro para mi. Esa misma brillante escritura me hacía poco creíble la historia. No conseguía entender que los habitantes de un pueblo pesquero de Canadá en 1936 y rodeados de cierto fanatismo religioso hablarán como los actores de la Royal Shakespeare Company. Atmósfera agobiante bien recreada, pero que deja poco a la imaginación de la trama. Ambigüedad que juega con el lector decidiendo que este último crea más de lo que realmente cuenta la historia.

Buenas tardes familia!

¿Qué tal? ¿Qué tal vuestro fin de semana? El mío fue genial, ayer tuvimos concierto y hoy he aprovechado para terminar este libro.

“Solo es la atracción del mar, corazón mío, solo es la fascinación de la luna”

Este libro salió en la sala de Impedimenta de Lxs addictxs a las LC's. En su momento no pude leerlo y lo he terminado hoy. Los alcatraces de Anne Hebert, no es un libro fácil, es complicado, con una trama incómoda, dura, siniestra. Una novela que habla de hombres, de mujeres, de relaciones ya sean familiares, de vecinxs o sexuales. Es una narración cruda donde se evidencia el papel desigual de la mujer. Un papel difícil de cambiar, con personajes perversos y terribles.

Anne Hebert utiliza un lenguaje muy poético para expresar desde 5 puntos de vista la desaparición de dos adolescentes, Olivia y Nora en Griffin Creek. Un pueblo costero anclado en el pasado y con el peso de la religión en su día a día.

El libro te deja un regusto amargo por la trama pero que disfrutas por el lenguaje utilizado y las ganas de saber qué sucedió exactamente en Griffin Creek. Hay algunas frases, fragmentos que me han encantado cómo estaba descrito.

¿Qué decir de este libro? Que es bastante increíble. También lo es la edición de @editorial_impedimenta. Aunque al descubrir que la autora era canadiense francófona, no pude dejar pasar la oportunidad de leerlo en versión original.

Me han mpresionado varias cosas en esta lectura:

- Las voces narrativas. El libro se divide en varias partes y cada una destaca por los matices en la voz predominante. El estilo y la construcción  de las frases varía, incluso en alguno de los personajes se percibe una evolución que se ve en el lenguaje. La sensación va de la frialdad a la violencia, pasando por lo caótico y lírico.
Aunque tras comentar con @lauramorang y @lalibreriaambulante, esto pinta mucho más complejo. Y esas voces no son lo que parecen. Si lo leéis, dadle varias vueltas...
- Los paisajes y descripciones. Anne Hébert tenía un gran talento para hacernos viajar a Quebec. Se puede sentir el viento en la cara, escuchar el baile del agua, tocar la arena, observar esos pájaros llamados alcatraces (o literalmente: locos de Bassan)... así de vívidas son las descripciones. Además, la naturaleza se confunde a veces con los propios personajes.
- Los personajes. A medida que iba leyendo, sentía rechazo por algunos personajes, victimicé a otros, cambié de opinión algunas veces, reforcé sentimientos intensos otras tantas veces. Lo que está claro es que ninguno me dejó indiferente.
- El fondo sociocultural. La autora nos lanza en medio de un pueblo endogámico con todo lo que ello conlleva. Hay desconfianza con todo lo de fuera, justificada o no, hay fascinación por algunos personajes, incluso obsesión, hay relaciones de poder, machismo, religión... y en medio la búsqueda de la libertad.
- La historia. ¿Qué ha ocurrido ese 31 de agosto de 1936 en Griffin Creek? Pero ojo, este no es un misterio al uso.

No dejes escapar esta lectura. Si te gusta la narrativa con dejes poéticos y los personajes complejos, te lo recomiendo.

Nunca nos hemos preguntado si lo poético podría estar incluido en lo tétrico y si ambos podrían formar un universo del que un crimen ambientado en la pura belleza femenina nos desvelaría en forma de seis partes contadas por cada uno de sus protagonistas, un homicidio que implica que donde muere la vida a veces nace la naturaleza y viceversa.

Los alcatraces es la primera novela que leo de esta autora que desde luego tiene una base lírica increíble donde nos traslada a un 1936 en una pequeña comunidad de Canadá y nos presenta a Olivia y Nora Atkins, dos desaparecidas que conducirán a una investigación a través de la mente de los personajes por saber lo que finalmente ocurre. No sé si habéis visto la película de Animales nocturnos, que para nada es comparable la historia, pero sí la estética de que lo bello a veces muere entre las manos más perversas.

Un libro que nos da a conocer a un recién llegado desde el inicio, Stevens Brown, una persona que resulta sospechos y cuyos actos y reflexiones dejan ver principios acusatorios. Desde ese momento la familia y allegados de las Atkins quedan al descubierto al ir tejiendo la historia en forma de pequeños relatos en primera persona y algunos escritos en cartas que nos van desvelando lo ocurrido. Lo increíble no es que la autora sepa urdir ese entramado de testimonios para dar la voz verídica de lo ocurrido, es su capacidad para sacar de un asesinato una capacidad lírica como si estuviésemos viviendo en un poema de desafortunados acontecimientos. Las metáforas y la prosa que llenan la historia relacionando la vida humana con la naturaleza son verdaderamente sublimes, y esa capacidad de extraer de la mente humana confesiones involuntarias a través de monólogos filosóficos también.

Sin duda es un buen libro para conocer a la autora y querer seguir sumergiéndose en su literatura.

En un mundo donde el terror ahuyenta, Los Alcatraces consigue conectar con el lirismo de lo cruel para conseguir extender el debate de la vida y la muerte.

¨ Una excitación así en todo mi cuerpo, una rabia inexplicable. Hay demasiadas mujeres en este pueblo, demasiadas mujeres en celo y niñas perversas que se me pegan a los talones.

Mujeres. Siempre mujeres.

Adentrarnos en Griffin Creek es una lectura complicada. Onírica. Poética.

1936. 31 de agosto. La desaparición de dos primas, Nora y Olivia, es el tema central de esta obra. Dividida en secciones y por ello en diferentes narradores, serán cada uno de ellos, y su manera de contarnos lo sucedido, quienes nos irán dejando migajas para que nosotros hilemos la historia hasta llegar al final.

No es una novela negra al uso. Es una novela que habla de la violencia hacia las mujeres , de hombres que someten, de la oscuridad que presenta el despertar sexual en un pueblo hermético, incestuoso, que vive en un constante exacerbado culto religioso y en el que la locura flota en el aire y nos hace ver que está abocado a la desastre sin por ello poder remediarlo. Como si ya estuviera escrito.

Un desastre causado, únicamente, por la provocación que causa la belleza alcanzada por dos adolescentes.

Aunque la historia es perturbadora, oscura y excesivamente sórdida está contada con una belleza asombrosa, cargada de simbolismo y con un uso del paisaje, descrito a la perfección de tal manera, que hace que este mismo se convierta en protagonista.

Para mí leer esta novela ha sido un gran acierto, pues, me ha dejado un placer súper agradable. Aunque, al principio me costó un poco entender la trama, luego ya le fui cogiendo el tranquillo y de verdad que me ha parecido una gran novela. Además, me ha entusiasmado la traducción en español, pues me ha parecido realmente culta y exquisita.

Qué infinito placer para los sentidos ha sido leer «Los alcatraces» de Anne Hébert.

Qué historia, qué forma de escribir, qué ambientes… qué manera tan poética de narrar una desgracia y de meterse en la piel de unos personajes tan potentes, tan bien elaborados y tan diferentes entre sí.

En «Los alcatraces» (Premio Femina 1982) nos adentramos en una pequeña comunidad canadiense marcada por un macabro desastre. El universo que dibuja Hébert no puede ser más lúgubre: la dureza del paisaje y el ambiente marítimo, la fuerza del viento, la lluvia, la tempestad… A través de ellos nos sumerge en esta historia en la que solo hay oscuridad, donde cada personaje es más siniestro que el anterior y donde se tiene la sensación constante de que todo el mundo oculta algo, de que nadie es bueno; creedme si os digo que la tragedia puede mascarse desde la primera página y que la sensación de asfixia me ha acompañado durante toda la lectura.

A pesar de lo siniestro y macabro de la historia, conocer la prosa de Anne Hébert me ha resultado de lo más placentero; las metáforas que utiliza, el cambio de voz narrativa, el abordaje del suceso desde distintos puntos de vista, esa forma tan sutil y tan poética de contar lo que está sucediendo… Me ha fascinado cómo utiliza los elementos de la naturaleza para hacer de ellos un personaje más y cómo consigue conectarlos con los personajes reales haciendo que el lector sienta que realmente son parte de ellos, tanto el viento como la lluvia, la oscuridad de la noche, el mar, la tempestad, el oleaje… es como si las personas llevaran dentro de sí algo de lo que les rodea como si fuera parte de su personalidad, fundidos con el ambiente como si fueran uno. Me ha parecido bellísimo.

Como decía, me han encantado los cambios de voz narrativa; la capacidad de Anne para cambiar completamente de registro y dar voz a cada uno de los personajes, manteniendo la constancia en esa prosa tan sutil y elegante, pero con ligeras diferencias entre ellos, me ha resultado de lo más sorprendente y gratificante.

No entiendo cómo es tan poco conocida esta autora. Yo he disfrutado muchísimo leyéndola.
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