Los alcatraces

¿Qué decir de este libro? Que es bastante increíble. También lo es la edición de @editorial_impedimenta. Aunque al descubrir que la autora era canadiense francófona, no pude dejar pasar la oportunidad de leerlo en versión original.

Me han mpresionado varias cosas en esta lectura:

- Las voces narrativas. El libro se divide en varias partes y cada una destaca por los matices en la voz predominante. El estilo y la construcción  de las frases varía, incluso en alguno de los personajes se percibe una evolución que se ve en el lenguaje. La sensación va de la frialdad a la violencia, pasando por lo caótico y lírico.
Aunque tras comentar con @lauramorang y @lalibreriaambulante, esto pinta mucho más complejo. Y esas voces no son lo que parecen. Si lo leéis, dadle varias vueltas...
- Los paisajes y descripciones. Anne Hébert tenía un gran talento para hacernos viajar a Quebec. Se puede sentir el viento en la cara, escuchar el baile del agua, tocar la arena, observar esos pájaros llamados alcatraces (o literalmente: locos de Bassan)... así de vívidas son las descripciones. Además, la naturaleza se confunde a veces con los propios personajes.
- Los personajes. A medida que iba leyendo, sentía rechazo por algunos personajes, victimicé a otros, cambié de opinión algunas veces, reforcé sentimientos intensos otras tantas veces. Lo que está claro es que ninguno me dejó indiferente.
- El fondo sociocultural. La autora nos lanza en medio de un pueblo endogámico con todo lo que ello conlleva. Hay desconfianza con todo lo de fuera, justificada o no, hay fascinación por algunos personajes, incluso obsesión, hay relaciones de poder, machismo, religión... y en medio la búsqueda de la libertad.
- La historia. ¿Qué ha ocurrido ese 31 de agosto de 1936 en Griffin Creek? Pero ojo, este no es un misterio al uso.

No dejes escapar esta lectura. Si te gusta la narrativa con dejes poéticos y los personajes complejos, te lo recomiendo.