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Que aquel que haya recibido el don de la palabra se sirva de ella sobre las aguas, desate su clamor y salmodie de forma comprensible y sonora en el viento.
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Que aquel que haya recibido el don de la palabra se sirva de ella sobre las aguas, desate su clamor y salmodie de forma comprensible y sonora en el viento.
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Veo subir la espuma. Romper. Haces blancos. Destrozados. Humareda blanca en el cielo. Los pájaros salen del mar blanco de espuma. Levantan el vuelo sobre el cielo gris. Septiembre. Plumas blancas de espuma. Plumas grises. Rayas amarillas de los alcatraces. Pájaros de espuma blanca. Nacidos del mar blanco de espuma. Sus graznidos penetrantes manando de la ola. Sus picos duros abriendo la ola para salir del agua. Pájaros locos rompiendo su cáscara de agua. Para volver a nacer.
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Iré a la orilla del agua, a recoger los ojos azules de mis primas que se han perdido, con sus abrigos, sus faldas de niñas, su olor a helecho y sangre.
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… observo el mar como si nunca lo hubiera visto. En esta agua que cabrillea, en la que cada ola cabrillea y crepita como balas de fusil, como mil balas de fusil disparadas a a vez, se forma una muralla crepitante, asciende, alcanza su cima, para desplomarse al momento burbujeante sobre la arena, agonizante sobre la arena, en un hilillo de espuma, como un escupitajo blanco.
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Todo me atrae y me retiene aquí. Calculo mi margen de libertad, como la mujer que ha hecho la costura demasiado al borde y ve cómo se le deshilacha la tela en los bordes.
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Solo con que me ría una vez, una vez más tan solo, podría estallarme la cara en pedacitos, bajo la mirada violeta de Olivia, y estaría perdido.
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… habría que tener en cuenta el viento, la presencia del viento, de su voz lacerante en nuestros oídos, de su aliento salado en nuestros labios. (…) El soplo marino penetra en nuestras ropas, nos destapa el pecho escarchado de sal. Nos atraviesa el alma porosa de lado a lado. El viento siempre ha soplado demasiado fuerte aquí, y aquello que sucedió solo fue posible por el viento, que se sube a la cabeza y lo vuelve a uno loco.
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Gregorio Samsa es un ...