Llegaron siendo casi niñas de los brazos de sus madres, en un estado de inocencia e ignorancia de su destino.
|
Llegaron siendo casi niñas de los brazos de sus madres, en un estado de inocencia e ignorancia de su destino.
|
«Bueno, esta es mi casa —balbuceó, sin tener claro qué otra cosa podía decir—. Quiero volver a casa». «Es mía. La compré por un dólar —dijo el ucraniano—. Vuelve por donde has venido».
|
Ya sabes, las sensaciones son difíciles de explicar, porque una chica de 17 años, si no es una estúpida de remate es mucho más optimista sobre el futuro que una persona mayor
|
Resultaba difícil de creer que, apenas unos días antes, estas chicas habían estado cantando canciones patrióticas de camino a Poprad. Ahora nadie cantaba.
|
La libertad era el viento en su cabello, el aire dulce de la primavera y las flores en los árboles. El sol calentó sus débiles huesos y avivó sus músculos endurecidos por el trabajo, el hambre y el miedo.
|
La muerte siempre estaba a la vuelta de la esquina: en la alambrada electrificada, en los guardas, en los perros, en los látigos, en los piojos, en las cámaras de gas.
|
…No conoces a una persona hasta que vives con ella, o hasta que te encarcelan con ella. Entonces no sólo descubres quién es, sino quien eres tu.
|
Aquello era guerra psicológica, y pronto iba a sufrir metástasis y convertirse en genocidio.
|
Éramos chicas bien, de buenas familias, intentando aprender a robar de otras chicas bien y de buenas familias. No era humano. Nos habían deshumanizado. Nos habían vuelto unas contra otras para sobrevivir.
|
Aunque la experiencia de que las tatuaran era realmente deshumanizadora, tener un tatuaje tenía más significado del que podía imaginar cualquier prisionero al llegar. Significaba una cadena perpetua. La vida sería efímera, pero seguía siendo vida. Si la esclavitud se puede llamar vida. |
Se trata del viaje de un héroe por salvar la Tierra Media