Las listas del pasado

Hay veces que los libros llegan a nuestra vida un momento inadeacuado, y eso hace que no podamos disfrutarlos como se merecen. Esto es lo que me ha pasado a mí con "Las listas del pasado", de Julie Hayden.

Julie Hayden, de la que no tenemos más textos de ficción que los que aquí se recogen, era una naturalista, una mujer que escribía sobre las cosas más sutiles, de una forma muy bella, pero a la vez muy simple. En estos textos habla de cosas cotidianas, de situaciones del día a día que podrían pasar desapercibidas, del canto de los pajaros, de su relación con la naturaleza, de la soledad de vivir en una ciudad como Nueva York, de las tareas cotidianas de un padre que insiste en mantener su casa y su jardin a flote con el trabajo de sus propias manos. Hayden escribe muy bien, con descripciones detalladas de detalles pequeños y cotidianos. La mirada de la autora se posa en cada flor del jardín, en cada rama mecida por el viento, en cada detalle de la vida en común de los habitantes de sus relatos. Es, sin duda, una escritura reposada, intimista, dulce y acogedora.

Pero yo en estos momentos necesitaba otro tipo de textos, más imaginativos, más dramáticos, más fantásticos incluso. Su manera de escribir es tan realista y tan sutil que a veces se me ha hecho complicado encontrar el hilo narrativo al que me quería llevar la autora, y tengo que confesar que no he conseguido terminarlo. He tenido que dejarlo para otro momento, en el que quizás esas sutilezas me lleguen más, en el que necesite un tipo de escritura más calmada. Con esto no quiero decir que sea un mal libro ni una mala escritora, en absoluto: considero que toda la culpa es mía, es un "no eres tú, soy yo" en toda regla.

Esta reseña es, si acaso, una no-reseña porque para juzgar un libro, al menos hay que leerlo completo. Agradezco mucho a Masa Crítica y a la editorial Muñeca Infinita la oportunidad de leer esta obra, a la que sin duda volveré en otro momento en el que sienta que este tipo de escritura me va a llegar más. No dejéis de darle una oportunidad si os interesan este tipo de textos, porque la autora escribe de una forma muy bonita.

Julie Hayden escribió un único libro, Las listas del Pasado. Varios de los cuentos que parecen en él se publicaron en la revista para la que ella trabajaba, The New Yorker.

No es un libro para todo el mundo, pero si consigues adentrarte en las primeras páginas te gustará. Mi consejo es leer los cuentos despacio, sin prisa y casi saboreándolos. Aquellos de vosotros que estéis buscando un libro con giros, sorpresas o incluso algo de acción mejor no os acerquéis a él.

En sus relatos de la vida cotidiana del Nueva York de los años setenta y del Connecticut rural se entremezclan los debates que tiene el cuerpo con el alma, sobre la vida y la muerte, el desamor y la pérdida. No encontraréis ni extravagancias ni ñoñerías, pero su aparente sencillez nos invitará a reflexionar sobre el mundo en el que vivimos.

Mi gran descubrimiento con esta autora ha sido su capacidad para transmitir la belleza de la naturaleza que la rodea a pesar de la dureza de los temas que trata como son la soledad, la enfermedad y la muerte. Su talento para la escritura y el detalle es algo de lo que muchos escritores deberían aprender.

Las listas del pasado está dividido en dos partes la primera "Vidas breves" incluye cuentos en los que los protagonistas son niños con sus recuerdos infantiles y mujeres fuertes, solitarias u sensibles que tratan de los temas cotidianos que les afectan y sobre todo que supone ser mujer en ese tiempo y en ese lugar.


La segunda parte se titula "Las listas del pasado" y nos muestra una serie de relatos sobre la enfermedad y la muerte del padre de una familia y cómo esto afecta a las personas que están a su alrededor.


Con una prosa cuidadosa y gran precisión en el detalle me han parecido unos relatos que demuestran la exquisita sensibilidad de las escritora que trata temas difíciles como la soledad y el aislamiento en una ciudad gigantesca como Nueva York en la que estás rodeado de gente pero te sientes solo y aislado. O la enfermedad, la muerte y el duelo. Temas duros pero contados con un estilo maravilloso.

Leedlo, poco a poco o todo seguido. Pero leedlo
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Julie Hayden trabajó durante quince años en The New Yorker, donde fueron publicados por primera vez diez de sus relatos. En 1976 publicó Las listas del pasado, su único libro. Pocos años después, el diagnóstico de un cáncer, el rápido declive de su salud y su creciente alcoholismo precipitaron su muerte a los cuarenta y dos años en el Columbia-Presbyterian Medical Center. El número de The New Yorker fechado el día de su muerte, el 14 de septiembre de 1981, contenía su último artículo: un perfil