 |
Aylmer, un brillante científico, deja a un lado su carrera al contraer matrimonio con Georgina, una mujer tan preciosa que roza la perfección si no fuera por una pequeña marca en la mejilla con forma de mano. Aylmer se obsesiona con la marca de su esposa hasta el extremo de sentir repulsión con solo mirarla. Relato de terror publicado en 1943 y, posteriormente, reeditado en la antología "Musgos de una vieja rectoría". El autor define a la perfección la gravedad de obsesionarse con algo tan insignificante como una pequeña marca en la piel. Qué importante es aceptarnos tal y como somos y a la vez aceptar el aspecto y/o personalidad de otras personas y no intentar cambiarlas por más que lo deseemos. El no aceptar que su esposa no sea perfecta al 100% es la raíz del problema de Aylmer, lo que provoca que no cese de buscar la solución para tan nimio defecto. ¿Qué termina consiguiendo? La peor de las desgracias en vez de ser feliz aceptando que no existía ningún defecto. A día de hoy no ha cambiado nada en ese aspecto, para muestra la gran cantidad de cirugías estéticas que se practican a diario en el mundo entero. Se empieza con un simple retoque y se termina convirtiendo en una adicción al bisturí. No estoy en contra de este tipo de operaciones, en otras circunstancias quizás me atrevería a hacerme algún que otro retoque, pero no he tenido valor (ni dinero) para hacerlo y creo que tomé la mejor decisión porque podría jugarme la vida por un capricho. "A menudo la verdad se abre camino hasta la mente bien envuelta en los ropajes del tiempo, y habla entonces con una claridad sin compromisos de asuntos respecto a los cuales nos engañamos inconscientemente a nosotros mismos cuando estamos despiertos". |
>
