Provengo de una familia tradicional religiosa y, por esta misma razón, el libro me impactó. Veía reflejada la hipocresía de nuestra sociedad en el pueblo donde está ambientada la historia de Hester, una joven acusada de adulterio y que es castigada públicamente por ello. Descubrieron su adulterio cuando se quedó embarazada y, debido a que su esposo llevaba dos años sin verla, tenían claro que el padre era otra persona, probablemente vecino del pueblo. Hester tiene que llevar una letra "A" de color escarlata en su pecho. ¿No es fascinante cómo los seres humanos siempre han recurrido al castigo público, a ahorcar personas en las plazas, a lapidar, a quemar mujeres? No defiendo la infidelidad, pero sí la doble moral. ¿Por qué el padre de la hija de Hester no da la cara? ¿Por qué solo se acusa a la mujer? ¿Puede nuestra condición de portar un bebé en nuestro vientre perjudicarnos ante una sociedad misógina? Os invito a leer la historia de Hester como un reflejo de una sociedad machista. Definitivamente os hará reflexionar. |