La letra escarlata

Llevaba muchos años queriendo leer esta novela, pero al mismo tiempo me intimidaba bastante. Tenía miedo de que fuera una crítica hacia el cristianismo; cuando iniciaba el camino en mi fe todavía era ingenua, por lo que simplemente huía de los cuestionamientos, por la gracia de Dios maduré y ahora yo misma me hago preguntas y busco respuestas, pero bueno, esa es otra historia.

Volviendo al libro, sin duda el eje central de la historia es la culpa. La trama no es nada sorprendente, y todo el peso narrativo cae en los tres personajes principales, en sus tormentos internos; es ahí donde Hawthorne puso su esfuerzo, en la psicología de los personajes. Creo que en general le salió bien la jugada, solo que hizo que el ritmo fuera algo lento, ya que en muchos capítulos los personajes divagaban bastante y fue algo tedioso, si bien me gustó el resultado.

Agustín Izquierdo, el autor de la introducción de mi edición, menciona que ‘'el objeto principal escrito en esas páginas es la mala conciencia, la culpa, o la crueldad ejercida contra uno mismo, la fuerza que se devora a sí misma'' y concuerdo por completo con él.

Tanto el adulterio como el juicio de Hester ya ocurrieron antes del inicio del primer capítulo, los lectores no lidiaremos con los actos de los personajes, sino con las consecuencias de los mismos. Roger, Arthur y Hester están conectados por ese acontecimiento y todos lidian con él de manera diferente.

El más complejo para mí fue el pastor Arthur, porque, tanto lo que los personajes, como yo, la lectora, pensábamos de él no lo representaba en lo absoluto, si bien me cayó mal casi todo el libro, eso no quita que sea un buen personaje. Hester me gustó, pude llegar a comprenderla y siento que su final fue muy acorde a todo lo que el autor nos dijo sobre ella. El único que nunca me terminó de cerrar fue Roger, y no sé si por mi falta de comprensión o si solo estaba mal escrito, la verdad es que su rencor y deseo de venganza me pareció completamente sin fundamento.

Disfruté la forma en que Hawthorne utilizaba los elementos y escenarios para acompañar a sus personajes, hizo que todo pareciera mágico, como si la ropa, el pueblo y el bosque fueran personajes también. No estoy acostumbrada a leer cosas por el estilo, así que al principio me pareció confuso, pero terminé apreciándolo.

El final fue poderoso y pienso que de mejor manera no pudo acabar.

La verdad no creo que La Letra Escarlata sea para todo el mundo, te gusta o no, no hay punto medio. A mí me gustó, pero no me veo releyéndolo pronto (el ritmo sigue siendo un problema), sin embargo, fue una lectura curiosa y le agarré algo de gusto al estilo de Hawthorne, tiempo bien invertido.