Malinterpreté por completo esa mirada. No era depredadora, era posesiva. No la miró como a una chica a la que seducir, a la que poseer. Ya le pertenecía. ¿Acaso había venido a por ella, para llevarse lo que era legítimamente suyo?
|
Malinterpreté por completo esa mirada. No era depredadora, era posesiva. No la miró como a una chica a la que seducir, a la que poseer. Ya le pertenecía. ¿Acaso había venido a por ella, para llevarse lo que era legítimamente suyo?
|
He pensado en lo raro que es que los padres crean conocer y comprender a sus hijos. ¿Acaso recuerdan lo que era tener dieciocho años, o quince, o doce? Te recuerdo a ti con diecisiete y a mí con trece y estoy segura de que nuestros padres no tenían ni idea de quiénes éramos.
|
Lo había sentido nada más despertarse. No se trataba tanto de una presencia como de una ausencia.
|
Los horrores que es capaz de concebir una mente son siempre mucho peores que la realidad.
|
No había sido en realidad culpa suya. ¿Cómo podía serlo? ¿Quién podía controlar de quién se enamoraba?
|
Y ese tipo de obsesión nunca termina bien
|
A nadie le gustaba pensar en el hecho de que el agua de ese río estaba infectada con la sangre y la bilis de mujeres perseguidas e infelices; todos la bebían a diario.
|
No te acerques al agua
|
El río puede viajar al pasado, sacarlo todo a la luz de nuevo y regurgitarlo en la orilla a plena vista de todo el mundo. La gente, en cambio, no puede.
|
Dicen que, cuando una habla del demonio, siente su calor.
|
En qué año fue publicada esta novela