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Muy buen libro de divulgación sobre una de las ciencias más complejas y fascinantes: la cosmología. Se trata de una presentación brillante. Pocos emprendimientos hay más difíciles que explicar de manera sencilla un conjunto de teorías técnicamente complicadas. La investigación actual en cosmología exige conocimientos muy avanzados en física newtoniana, relatividad, astrofísica, física cuántica, química y sobre todo, en matemáticas muy abstractas que se encuentran en permanente desarrollo, como las teorías de cuerdas o la teoría de p-branas. Decir fácil lo difícil: Ahí radica la calidad de la divulgación científica. Este atributo es el que logra con naturalidad uno de los científicos más lúcidos de los últimos tiempos: Stephen Hawking. En este caso, junto con otro genio -Leonard Mlodinow-, la Brevísima Historia del Tiempo es un segundo intento de simplificación, exitosa en mi opinión, del libro Breve Historia del Tiempo. Creo que cualquier lector interesado, con o sin conocimientos avanzados de física y matemáticas, puede entender y disfrutar este maravilloso libro. Los autores presentan y critican la sucesión de teorías que la ciencia ha ido formulando acerca del tiempo y el espacio, desde la Grecia Antigua hasta fines del Siglo XX. También es notable el balance que proponen acerca de lo que se cree saber y lo que se cree ignorar, la dirección que podría seguir la cosmología futura y la calidez con que los autores se pasean por cualquier tema que consideren relevante, no importa que sea prestigioso o esté lejos de serlo -como algunos rincones de la literatura de ciencia ficción o el cine de ciencia ficción-. Opino que la física teórica actual es en la labor cotidiana del científico casi lo mismo que la matemática pura. Sin axiomáticas no se sabría qué mirar, qué medir, qué comparar. Creo que es por esta razón que tal disciplina se encuentra tan cerca de la especulación filosófica -aunque los cosmólogos renieguen de ello-. Sus métodos son la construcción de modelos matemáticos, es decir estructuras formales fundadas en axiomas y reglas de inferencia, demostrar teoremas, derivar hipótesis, compararlas con las observaciones guiadas por tales hipótesis y finalmente integrarlas con otras axiomáticas. Salvo por las observaciones, los matemáticos hacen exactamente lo mismo. La física teórica inclusive utiliza experimentos mentales, que no son otra cosa que situaciones imaginarias para desarrollar algunos aspectos supuestamente observables de sus teorías. Un corolario fuerte de este libro es la curiosidad por saber, la modestia del supuesto saber y la voluntad invencible de saber, contra lo que sea, contra todo. En cualquier caso, creo que se trata de un libro excelente, optimista, entretenido, su lectura me parece muy recomendable junto con Breve Historia del Tiempo y El Universo en una Cáscara de Nuez, entre otros libros de los mismos autores.
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