Asesinato en la mansión Darwin

Que Editorial dÉpoca cuida las ediciones ilustradas de todos sus títulos al máximo es algo innegable. Son joyas literarias, auténticas delicatesen dignas de los mejores paladares. Por eso comprenderéis que no me puedo resistir cada vez que su exquisito catálogo se incrementa con un nuevo título. Hoy os traigo mis impresiones sobre "Asesinato en la mansión Darwin", un libro que se incluye en la colección Noir, un clásico olvidado de la novela negra firmado bajo pseudónimo que ha puesto en circulación múltiples conjeturas sobre la verdadera identidad del autor, ninguna de ellas confirmada, por lo que continua siendo toda una incógnita sin revelar, un ingrediente más que se añade a esta novela de enigma y detectives. Un relato que presenta una ingeniosa trama, perfectamente urdida e imbricada de "habitación cerrada", siguiendo la estela de Agatha Christie, y desarrolla su argumento a principios del siglo XX en la ciudad de Nueva York.
En una fría noche de octubre, cuando el reloj acaba de dar las once, Carlton Davies recibe una nota enviada por la señora Darwin en la que le dice que lo necesita con apremio. Sin perder un minuto, nuestro protagonista se dirige a casa de la que fue su prometida hasta hace unos meses, la mujer que amó y aun continua amando, pero que fue chantajeada y obligada a casarse con Philip Darwin, un poderoso banquero. Una vez junto a ella, Ruth entra en el despacho de su marido para recuperar un documento comprometedor que estaba en su poder. Inmediatamente se escucha un disparo. Philip Darwin ha sido asesinado y su esposa Ruth se encuentra en la estancia con un arma en la mano. Todas la pruebas están en contra de la afligida esposa, puesto que nadie ha podido entrar ni salir del estudio, a excepción de la propia Ruth, por lo que será arrestada y enviada a prisión. A pesar de las evidencias, Carlton cree firmemente en la inocencia de su amada, pero como la policía de la ciudad de Nueva York no comparte sus convicciones decide llevar a cabo su propia investigación de los hechos y para ello contrata a Graydon McKelvie, un aficionado a resolver crímenes, retos con los que divertirse y poner a prueba su sagacidad.
"Asesinato en la mansión Darwin" es una novela que presenta el clásico misterio de habitación cerrada, articula su argumento en un total de 39 capítulos de corta extensión lo que le aporta fluidez a la lectura y está narrada desde el punto de vista de su personaje principal, Carlton Davies. Adentrarme en su lectura ha sido como realizar un viaje en el tiempo, hasta la Nueva York de los años veinte, al contar con una ambientación de la época en la que, sin entrar en excesivos detalles, el autor consigue bosquejar con precisión los diferentes escenarios en los que se despliega la acción, logrando que el lector se sitúe e incluso se implique en cada una de las situaciones descritas. Nos revela una ciudad llena de contrastes, creando un perfecto retrato tanto de los suburbios más marginales de la urbe, como de los lugares más selectos de la alta sociedad.
Escrita con lenguaje de fácil comprensión y una abundancia de diálogos que le van a imprimir a la narración un ritmo fluido. Este libro me mantuvo pegada a sus páginas desde su mismo inicio puesto que los acontecimientos se suceden súbitamente y sumen al lector en la incertidumbre de lo que está a punto de revelarse. La acción no da un respiro, es un no parar continuo, como una madeja de hilo que no termina de girar y enredarse con cada vuelta que da, implicando a todos los personajes del entorno de la víctima, que pasarán a convertirse en potenciales sospechosos de su asesinato. Nadie es honesto acerca de lo que estuvo haciendo la noche de los hechos, todos tiene secretos escondidos y no carecen de motivos para asesinar al señor Darwin. Conforme avanza la investigación extraoficial de McKelvie, se va revelando la verdadera personalidad del difunto.
Muchos son los secretos que salpican al reducido elenco de personajes muy dispares que se circunscriben a los arquetipos de este género literario, reflejando la realidad social de la época. Todos ellos serán esenciales en el desarrollo de la trama porque tienen motivos sobrados para cometer el crimen, pero presentan desdibujadas las líneas que los contornan y apenas se profundiza en ellos, lo suficiente para que el lector los identifique sin problema, de ahí que no haya podido empatizar con ninguno. de entre todos, a mi parecer, destacan dos: la propia víctima, Philip Darwin, a quien iremos conociendo a lo largo de la investigación; y el de McKelvie, un aficionado a resolver crímenes, un tipo sarcástico, algo engreído y egocéntrico, muy en la línea del gran Sherlock Holmes, aunque salvando las distancias, que deberá usar toda su pericia para resolver el asesinato.
Sintetizando: "Asesinato en la mansión Darwin" es una novela clásica de acción detectivesca de ritmo marcado, que se lee con avidez, incluido su interesante prólogo que no debes perderte, y presenta una trama perfectamente planificada que contiene pistas falsas para despistar al lector, con unos cuantos giros argumentales y un desenlace que me sorprendió porque no es nada predecible. Una joya literaria en la que nos vamos a encontrar con unas ilustraciones de gran calidad y que además contiene un marcapáginas y una lámina que reproduce esa portada tan atractiva, que nos narra un crimen cometido en una habitación cerrada, todo un reto para que el lector descifre un enigma planteado en un ámbito delimitado y aparentemente irresoluble.

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Asesinato en la mansión Darwin de Marion Harvey y publicada por la exquisita editorial dÉpoca, es una novela policíaca de misterio que, antes si quiera de ser iniciada, nos plantea el primero de sus misterios: la identidad de su autor o autora. Es inusual (aunque más habitual de lo que parece) que el paso del tiempo borre a la persona que se oculta tras un pseudónimo, hasta el punto de que nadie sepa o sea capaz de hallar constancia alguna del auténtico nombre del escritor o escritora que se esconde tras él (Marion es ciertamente un nombre ambiguo). Más aún misterioso resulta, si no hace tanto que nuestro autor fantasma publicó muchas novelas dentro de este género y, además, con bastante éxito. La obra perdura, la autoría se desvanece, y a nosotros los lectores no nos queda otra que quedarnos con la intriga y limitarnos a disfrutar (que no es poco) con el proceso de desvelar el misterioso crimen creado por nuestro desconocido narrador o narradora.

Asesinato en la masión Darwin nos emplaza en la cosmopolita Nueva York de principios del siglo XX, en particular, en casa de los Darwin, donde su propietario ha sido asesinado. A simple vista, el crimen parece haber sido cometido por su esposa Ruth, una mujer con motivos suficientes para hacerlo y cuya autoría se presenta clara y, sin embargo, nada resulta ser tan sencillo. Ruth es encontrada por varios testigos con el arma en la mano y junto al cadáver de su marido, un adinerado banquero que usó las malas artes para lograr la mano de su mujer, la cual continua enamorada de otro hombre, Carlton Davies, a quien pedirá ayuda para demostrar su inocencia. Su enamorado pedirá, a su vez ayuda, a Graydon Mackelvie, detective aficionado y gran admirador de Sherlock Holmes que pondrá su intelecto a su servicio. de esto modo, da comienzo una novela donde nada es lo que parece y donde todos los involucrados podrían haber tenido un motivo y una oportunidad. Aunque un crimen perpetrado en una habitación cerrada y con una sospechosa encontrada con las manos, presuntamente, en la masa, pondrá las cosas muy difíciles para nuestro detective y para nosotros los lectores.

La novela se caracteriza por llevar un ritmo ágil, en gran parte, gracias a los numerosos diálogos y también por la propia trama, que no dejará de arrojar nuevas incógnitas a la principal de todas ellas: ¿Quién mató al señor Darwin? El autor juega con nosotros, entre lo aparente y lo que podría dejarse entrever. Ninguno de los testigos resultará cien por cien fiable, y más que testigos a ojos de Mackelvie se convertirán muy pronto en sospechosos, muy escurridizos y cuyos posibles motivos iremos conociendo poco a poco a lo largo de la narración.


Como es habitual, además de una lectura deliciosa, nos topamos con una edición de calidad y a la que no le falta detalle. Englobada en la colección dÉpoca Noir, esta edición se caracteriza por estar enteramente ilustrada (ilustraciones preciosas, por cierto), en tapa blanda con solapas y acompañada de un muy necesario marcapágicas y de una lámina de obsequio, fiel reproducción de la portada del libro. Además, en su interior nos toparemos con una interesantísima introducción a cargo del experto Juan Mari Barasorda, un habitual en muchas de las obras publicadas por la editorial, que nos mete de lleno en el contexto histórico de la novela y trata de arrojar algo de luz sobre el misterio que envuelve a la identidad de su autor o autora.

Asesinato en la masión Darwin de Marion Harvey ha sido una lectura deliciosa, sumamente entretenida que parte de un crimen donde las apariencias engañan y cuyo inteligente desarrollo nos hará devorarlo. ¡Mil gracias a dÉpoca por rescatar esta maravillas!
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Me ha gustado bastante este libro, es la típica novela clásica, en ciertos aspectos me ha recordado un poco a las novelas de Agatha Christie, la novela es un misterio de habitación cerrada, y ahí entra en juego, quién pudo ser y cómo pudo hacerlo.

La trama no es nada complicada, Philip Darwin aparece muerto en su estudio en su mansión y se acusa del crimen a su esposa Ruth, entonces su exprometido Carlton Davies contrata al detective Graydon McKelvie para que averigue la verdad, ya que está convencido de que Ruth es inocente...

La novela está dividida en 39 capítulos cortos, narrado desde el punto de vista de Carlton Davies, nos va adentrando poco a poco, en la vida de Philip Darwin y en quién podría querer asesinarle. Narrada con un estilo sencillo. la novela se lee muy rápido.

Los personajes están muy bien perfilados, aunque mi favorito es el detective McKelvie, un tipo un poco peculiar.

La edad de oro se define como un momento de esplendor dentro de la cultura donde lo que priorizaban eran las historias y los mensajes que se contaban a través de ellos. Asesinato en la mansión Darwin es una obra que concibió un gran éxito durante la Golden Age derivado gracias al poder adictivo de su estructura narrativa y también al juego de buscar al asesino pero desde un punto puramente psicológico y de análisis de cada uno de los personajes.
En Asesinato en la mansión Darwin nos encontramos con una mujer que se había casado con un hombre poderoso sin tener en cuenta el amor y por un puro factor económico, y ella, sin quererlo, seguía amando a otro. En uno de esos arrebatos casi carnales y expresivos que sufrimos las personas al querer controlar nuestros sentimientos e involuntariamente salen de nosotros, le escribe una carta a su verdadero amor sin saber que esa carta iba a ser la antesala a un verdadero crimen en su casa.

En ese libro de encuentra el asesino tenemos un factor clave para que sea todavía más interesante de lo normal, y es que uno de los detectives es uno de los personajes involucrados en el triángulo amoroso lo que crea dudas pero también va resolviendo intrigas.
Si tuviera que resaltar algo del libro es el proceder al resolver el misterio, desde luego sobresale a otras historias por el simple hecho de que todos los personajes involucrados están relacionados entre ellos formando hilos de relaciones amorosas e incluso de amistad. Siendo el personaje de Carlton Davies el que más fascinación crea de principio a fin.
Asesinato en la la mansión Darwin es una historia para sentirte en medio de un juego de mesa como si fueses una ficha más de la partida y tuvieras que resolver el delito para poder salvarte a ti mismo.