Nosotros en la noche

Una historia tierna, sensible y conmovedora. Una prosa sencilla que te llega al corazón, y lo hace sin caer en la sensiblería ni en la cursilería —lo cual sería fácil teniendo en cuenta el tema tratado—.
La historia de dos personas en las puertas de la vejez, casi desconocidas pese a ser vecinos, que viven solas desde que enviudaron hace años. Un día, Addie, se presenta en casa de Louis y le propone algo inesperado: empezar a dormir juntos para sentirse acompañados, nada que tenga que ver con el tema sexual. Addie y Louis están en esa parte de la vida en la que uno ya tiene muy claro lo que quiere, no es necesario andarse con rodeos, no queda tiempo para eso, bastan gestos y sobran palabras para entenderlo.
Una demostración de lo diferente y particular que puede ser el amor a determinadas edades, del profundo respeto a la persona como máxima premisa. Como digo, no se trata de sexo propiamente, sino de contacto físico entre dos seres que buscan la calidez que dan los cuerpos puestos en contacto, de sentirse seguros, cuidados y deshacerse de la parte menos agradable de la soledad.
Magistral Haruf en un texto corto pero rebosante de belleza.

"En realidad nunca le di lo que quería. Diane tenía una idea, un concepto de cómo debería ser la vida, el matrimonio, que no coincidió nunca con lo que tuvimos. En ese sentido le fallé. Debería haberse casado con otro.
Eres demasiado duro contigo mismo, dijo Addie. ¿Quién consigue lo que quiere? Se diría que nadie o casi nadie. Siempre se trata de un par de personas que chocan a ciegas, actuando a partir de viejas ideas y sueños y malentendidos. Salvo en nuestro caso. Ahora no, hoy no.
Siento lo mismo. Pero podrías cansarte de mí y querer dejarlo.
Si ocurre, lo dejamos, dijo Addie. Es el acuerdo tácito que tenemos, ¿no? Aunque nunca lo hayamos dicho.
Sí, cuando te canses, me lo dices.
Y tú igual.
No creo que me canse. Diane nunca consiguió lo que nosotros tenemos. Amenos que tuviera a otro del que yo no supiera nada. pero no. No se le habría ocurrido."