No empezamos a codiciar cosas imaginarias. La codicia es un pecado muy literal; empezamos a codiciar elementos tangibles, empezamos a codiciar lo que vemos todos los días.
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No empezamos a codiciar cosas imaginarias. La codicia es un pecado muy literal; empezamos a codiciar elementos tangibles, empezamos a codiciar lo que vemos todos los días.
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Codiciamos lo que vemos cada día.
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Bien, Clarice, ¿han dejado de balar ya los corderos? Me debe una información, ¿se acuerda? y me gustaría que me la comunicase.
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-A la mayoría de la gente les gustan las mariposas y les repugnan las polillas -dijo él-. Pero las polillas son más... interesantes, tienen más atractivo. -Son destructoras. |
—Bien, Clarice, ¿han dejado de balar ya los corderos?
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En este extraño mundo, esta mitad del mundo que ahora está a oscuras, tengo que perseguir a un ser que se alimenta de lágrimas.
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—¿Y qué es? ¿Lo sabe usted? —Solo sé que es un monstruo. Aparte de eso, nadie puede asegurar nada más. |
10 negritos