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Crítica de MisLecturas


MisLecturas
22 October 2021
Tras leer la sinopsis de esta novela y ver por doquier excelentes opiniones sobre ella, no pude resistirme a solicitar un ejemplar en la biblioteca de mi barrio. Por eso hoy os traigo mis impresiones sobre Años de sequía, una novela de suspense que saca a relucir la tensión que se adueña de una pequeña localidad rural australiana, sometida a una rigurosa sequía, tras los asesinatos de varios miembros de una misma familia y que podrían estar conectados con otro incidente sucedido dos décadas antes. Un libro muy recomendable, en el que nada es lo que parece a primera vista y cuya tensión casi se mastica a lo largo de todo el desarrollo de su trama.
En medio de una de las peores sequías y tras recibir una nota exigiendo su presencia, el agente federal de delitos financieros Aaron Falk se traslada hasta Kiewarra, lugar donde pasó parte de su adolescencia, para asistir al sepelio de su mejor amigo Luke Hadler, que se ha suicidado después de llevarse por delante las vidas de su esposa y su hijo de seis años. Falk juró no volver a pisar jamás esta localidad de la que hace veinte años tuvo que salir huyendo, junto a su padre y casi con lo puesto, bajo una nube de sospechas por razones que, por supuesto, inicialmente no se compartirán con el lector. Por eso es reacio a alargar su estancia por un tiempo prolongado en este ambiente tan hostil que se generará sobre su persona. Nadie parece dudar de la explicación oficial sobre el crimen a excepción de los padres de Luke, que le piden a nuestro protagonista que se tome el tiempo necesario para aclarar lo que sucedió realmente y poder limpiar el nombre de su hijo. Mientras explora las circunstancias sobre los asesinatos de la familia Hadler, en una investigación extraoficial llevada a cabo junto al sargento de la policía local, Aaron se verá obligado a enfrentarse a una tragedia de hace veinte años en la que él y Luke estuvieron implicados, porque poco a poco las grietas de esas viejas heridas se irán abriendo y haciéndose más profundas de lo que él pensaba.
Años de sequía es una novela de suspense de ritmo sosegado y marcada tensión, donde la inquina de todo un pueblo, junto a un árido y aciago paisaje pasarán a convertirse en un personaje más de la historia. Una historia ambientada en una agotada comunidad agrícola australiana, a un día de camino de Melbourne, en una región que no ha visto llover en dos años y donde todo parece indicar que esta persistente sequía ha absorbido la energía y quizás incluso la compasión de la pequeña población rural de Kiewarra. Su argumento se fracciona en dos subtramas alejadas en el tiempo, donde pasado y presente se irán entrelazando para acabar fundiéndose en un final impecable. Por un lado tenemos la investigación que Falk y Greg Raco, el sargento de la policía local, van a llevar a cabo sobre los crímenes de la familiar Hadler; el otro hilo argumental está centrado en un misterioso incidente ocurrido hace veinte años, en el que una joven perdió la vida y que dio pie a que surgiera una alianza entre los dos amigos para protegerse mutuamente. Una mentira forjada cuando el miedo y las hormonas de la adolescencia les corría por las venas.
De la mano de un narrador omnisciente y de una prosa sobria y asequible a cualquier lector, nos adentraremos en una historia llena de culpa, a través de un paisaje desangelado, lúgubre, plomizo y de tonos marrones que llegará a fundirse con sus personajes. Unos personajes bien planteados donde despunta su protagonista principal, Aaron Falk, un hombre solitario, acostumbrado a mantener las distancias, tranquilo e inteligente y que se siente como pez fuera del agua al regresar a su pueblo natal, ese pueblo capaz de prejuzgar a sus vecinos haciendo circular falsos rumores. El resto de personajes secundarios están escuetamente pincelados, lo suficiente para que el lector sepa de quién se trata en cada momento y no pierda detalle.
La autora ha logrado recrear, con evidente maestría y gracias a descripciones evocadoras con suficientes detalles para representar la escena, pero no tanto como para ralentizar la historia, el ambiente opresivo, sofocante y cerrado de una comunidad rural con sus secretos y oscuridad, sus mentiras y sus miedos. Una población podrida, sin esperanza. Una olla a presión que puede estallar en cualquier omento. Gente dependiente de cosas que no puede controlar, como la tierra y la climatología adversa, cuyo sustento pende de un hilo y que ve cómo los negocios van cayendo cual piezas de dominó por culpa de un agostamiento que dura ya casi dos años.
Sintetizando: Años de sequía es una novela de suspense de lectura fluida y protagonizada por Aaron Falk, un inusual agente federal de delitos financieros. Un paria que se ve obligado a volver a su pueblo para cerrar viejas heridas del pasado que marcaron su vida y la de su padre, un hombre en busca de su propia redención. Esta historia cuenta con una trama imbricada de manera coherente y lógica, con un final totalmente cerrado capaz de sorprender al lector. No es una novela de ritmo frenético en la que destaquen enérgicos giros argumentales, pero la tensión que se mantiene en todo momento, la desconfianza, la culpa y cierta sensación de tristeza y pérdida impregnan sus páginas, aunque no es un libros sin esperanzas pero eso lo tendrá que descubrir el lector…


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