Hay momentos en los que piensas que no puedes soportarlo más. Pero entonces te das cuenta de que sí puedes. Tú puedes. Eres un tío duro. Vas a tomar aire, vas a aguantar un poco más, vas a sufrir un poco más y, finalmente, recobrarás las fuerzas.
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Hay momentos en los que piensas que no puedes soportarlo más. Pero entonces te das cuenta de que sí puedes. Tú puedes. Eres un tío duro. Vas a tomar aire, vas a aguantar un poco más, vas a sufrir un poco más y, finalmente, recobrarás las fuerzas.
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Si Bailey no hubiera nacido con distrofia muscular no sería Bailey, el Bailey inteligente y sensible que entiende tantas cosas que nosotras no podemos entender.
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-Exacto. Hacía que quisiera galletas, pero era publicidad engañosa, una máscara. Pienso que, a veces, un rostro bonito también puede ser como la publicidad engañosa, y muchos de nosotros no nos paramos a ver qué hay debajo de la máscara.
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Si Dios crea nuestras caras, ¿rio cuando hizo la mía?
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Siempre me ha sorprendido como la gente aparece en nuestras vidas en el momento exacto.
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Actúas como si la belleza fuera lo único que nos hace merecedores de ser amados.
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La belleza verdadera, aquella que no se desvanece ni desaparece, necesita tiempo. Necesita presión y necesita muchísimo aguante...Y de la violencia, el ímpetu y la ira del viento, del rugido del agua, nace algo mejor, algo que sin estos factores no podría existir. Por eso resistimos....Tenemos fe en cosas que no vemos y aprendemos con las pérdidas; encontramos fuerza en el amor y tenemos en nuestro interior una belleza tan extraordinaria que nuestros cuerpos no son capaces de contenerla |
Este año me he sentido como uno de esos copos de nieve que hacíamos en la escuela...Yo soy como uno de esos, un copo de nieve de papel. Y cada agujero tiene un nombre, y nadie, ni tú, ni yo, podemos rellenar los huecos que ha dejado otra persona. Lo único que podemos hacer es evitar que el otro caiga en uno de los agujeros y nunca vuelva a salir
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Si no entendía el dolor, no podría apreciar la esperanza que estaba empezando a sentir otra vez, la felicidad a la que se aferraba con ambas manos para que no escapara
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Porque a todo el mundo le pasan cosas malas, pero estamos tan ensimismados en nuestras gilipolleces que no nos damos cuenta de las cosas malas por las que pasa la gente
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Manolito ...