Unos ojos azules

"Unos ojos azules" está considerada una novela autobiográfica y la primera gran obra de Thomas Hardy.

Elfride es la bella y jovencísima hija de un párroco rural que se ve atrapada entre dos amores; el de Stephen Smith, un aprendiz de arquitecto de origen humilde, y el de Henry Knight, un hombre maduro que escribe críticas literarias en una prestigiosa revista londinense. Un triángulo amoroso que, lejos de quedarse en un mero culebrón, sirve de excusa para plantear dilemas tan interesantes como la diferencias entre en amor de juventud y el amor maduro, el conflicto entre la pasión y la razón, las diferencias entre clases y la consideración, a menudo equivocada, que los hombres tienen de las mujeres.

La idealización de la mujer es el centro sobre el que gira la novela. Elfride no es un personaje con el que se pueda empatizar fácilmente; es caprichosa y malcriada, pero también es una víctima de las circunstancias. Elfride es una mujer de su época; sometida a su padre a la espera de quedar sometida al yugo de su marido, sin poder de decisión e incapaz de afrontar las consecuencias de sus actos. Una mujer que debe ser un deshecho de virtudes para merecer ser amada y que paga muy caro dejarse guiar por sus emociones.

A pesar de que "Unos ojos azules" es considerada una obra menor, la he (hemos) disfrutado mucho; es entretenida, está fenomenalmente escrita y las descripciones de los paisajes de Endelstow (lugar en el que se desarrolla la mayor parte de la trama) son excepcionales, están llenos de simbolísmo y constituyen uno de los mayores atractivos de la novela.

No descubro nada nuevo diciendo que Hardy es un narrador extraordinario y cualquier historia salida de sus manos es digna de ser leída. Esta puede que no sea su mejor novela, pero me entristece que no sea más conocida.