Páginas de sangre

Este es un libro sobre un extenso trabajo de investigación periodística sobre un true crime ocurrido en Inglaterra en 2006 en Inglaterra.

Comienza desde relatarnos los hechos, una biografía muy pormenorizada de la víctima, Allan Chappelow, quien era, a que se dedicaba y de un modo un perfil psicológico, después nos relata los hechos de la investigación, para luego llegar al punto de encontrar a un sospechoso al que se le dio un trato desde el principio de culpable.

Después se relata el juicio, la vida de completa de Wang Yam, un hombre de origen chino, su vida, educación y la forma en que llega a Inglaterra en calidad de refugiado, toda su vida hasta el día del asesinato, juicio, declaración de culpabilidad e incluso su actual vida carcelaria, además de sus varias apelaciones a la sentencia, puesto que él siempre se ha declarado inocente.

Ahora bien, este libro ha sido interesante en el sentido de que tanto la investigación, como el juicio tienen muchas cosas que se salen de contexto, que no son claras, no son obvias y ya sea por que las autoridades y juzgados no quieren dar su brazo a torcer y admitir que se equivocan o bien porque la ley es imperfecta, hay demasiadas cosas que no cuadran, que no están bien y por lo tanto son dignas de enfatizarse.

Pero la cuestión aquí es que el Wang Yam tampoco es un hombre totalmente inocente, un pobre hombre víctima de la justicia, lo cierto es que no es ninguna blanca paloma y es donde en muchas ocasiones uno no sabe qué pensar, no sabes si creer o no en la tan gritada inocencia que dice.

Lo que si es verdad es que este caso es extraño, con muchas connotaciones nada claras, que deja muchas interrogantes y que al final del día nos deja con ese sentimiento de que el aparato judicial, muchas veces trabaja más en beneficio propio que en pos de la verdad y de la justicia.

Personalmente me ha gustado mucho este libro, más que cualquier otra cosa, me ha resultado interesante, viendo como ha avanzado la tecnología para resolver casos, todavía hay muchos que parece que se estuvieran manejando en el siglo XIX y hay gente siendo juzgada sin pruebas contundentes y con secretismos que solo te hacen pensar en ¿qué tiene que esconder el gobierno?

Me parece que el autor no es precisamente un narrador 100% objetivo, pero se lo puedo pasar por alto porque me imagino que hacer todo este trabajo y estar en medio de todo este lío y no tomar partido sería tarea difícil.