84, Charing Cross Road

Este es un libro espistolar y debo decir que ha sido una correspondencia muy adictiva. Sin darte cuenta te metes en la vida de los dos protagonistas principales. Hasta el punto de que me he emocionado como hacía tiempo que no lo hacía con ningún libro. Sabiendo además que es real, lo cual lo hace más mágico.

Helene Hanff, la autora, era una escritora americana que para seguir con su educación literaria autodidacta contactó con una librería de Londres con la intención de hacerse con libros clásicos bastante difíciles de encontrar en los Estados Unidos de la época. A partir de ahí empezó una correspondencia que duró 20 años y que pasó a convertirse en amistad.
Es en definitiva una oda a los libros, las cartas y la amistad.

Si hay alguien que aún no lo ha leído se lo recomiendo de corazón, ya que a ningún amante de los libros y la literatura dejará indiferente.

Cuando me enteré de que Isabel Coixet había dirigido una obra de teatro basada en esta historia en 2006, quise saber más. Descubrí entonces que existía un libro epistolar que recogía todas las cartas de las que se construye esta historia real, y una película protagonizada por uno de mis actores favoritos. Y como todo lo que ocurre en mi vida cuando algo me apasiona... me enfrasqué de inmediato en disfrutar de la lectura y su visualización.

Prefiero no destripar nada de este librito que se lee en pocas horas porque es, sencillamente, delicioso, tierno, divertido, emocionante... y sobrecogedor. Mi sensación final es que es una lectura necesaria para todos los que amemos, precisamente, los libros. Un buen té (ha de ser té, un Earl Grey inglés) y un buen sillón junto a la ventana para disfrutar de una lectura que se os quedará en el alma para siempre. Prometido.

"Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo. No me parece que éste sea un intercambio de regalos de Navidad muy equitativo. Vosotros os comeréis el vuestro en una semana y antes del día de Año Nuevo os quedaréis sin nada. Yo, en cambio, conservaré el mío hasta el día que me muera… y moriré feliz sabiendo que lo dejo detrás para que algún otro lo aprecie. Pienso marcarlo a conciencia con suaves indicaciones a lápiz, para atraer la atención de un amante de los libros aún por nacer sobre los mejores pasajes".

Una novela autobiográfica y epistolar, situada al término de la II Guerra Mundial. Su autora, Helene Haff, una humilde guionista neoyorquina trata de hacerse con libros antiguos difíciles de conseguir. Será a través de la correspondencia que mantiene durante veinte años con los empleados de una librería británica, situada en el 84, de Charing Cross Road, que vemos cómo le van enviando los distintos libros que solicita.
Las cartas que se envían están llenas de humanidad y ternura, en las que personas desconocidas van forjando una amistad a lo largo de los años.
Un libro cargado de múltiples referencias literarias, de esos libros que recomiendan otros libros y que en mi caso me ha recordado sin duda a otra historia igual de entrañable como es, "La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey."

Fins als anys setanta, al 83 de Charing Cross Road, a Londres, podies trobar la llibreria de segona mà Marks&Co Llibreters. En aquesta direcció, l'escriptora i correctora novaiorquesa Helene Haff va enviar centenars de cartes, basant així la relació que fomenta l'obra de no-ficció '84, Charing Cross Road'. Un llibret de menys de 100 pàgines que recull les cartes que l'Helene i en Frank Doel, així com alguns empleats de la llibreria, van enviar-se durant 20 anys, del 1949 a 1969.

El primer cop que l'Helene escriu a Marks&Co els hi demana una llista d'exemplars que creu que a la petita llibreria anglesa aconseguirà, el que acaba evolucionant en una amistat per carta on s'explica no només els gustos literaris de l'època, sinó també el context històric dels dos remitents. Una correspondència que, no us enganyo, et van alimentant l'ànima.

És màgic com la literatura té el poder d'unir persones que no es coneixen de res, sense importar els quilòmetres que les separen. Això m'ha recordat una mica a aquesta plataforma, on parlant de llibres he conegut a persones genials. Si us agraden les novel·les epistolars, el podreu llegir d'una sola sentada. Ara bé, no us ho recomano, perquè després trobareu a faltar als seus personatges.
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¡Qué libro tan refrescante!
Me está gustando mucho la literatura epistolar. Especialmente si ha ocurrido de veras (como este caso) porque nos da un atisbo del pasado, de la historia misma, algo que sí ocurrió y se vivenció de determinada forma, en este caso, de acuerdo a la geografía de las voces que intervienen en el intercambio de cartos.
Me gusta mucho el personaje de Helene (¿o debería decir, Helene solamente?) desde que se autodenomina como lectora empedernida y además, pobre (vamos, que es una realidad que varios enfrentamos). A pesar de ello, se interesa por una librería al otro lado del mar que además de proporcionarle los ejemplares rebuscados (y bellos) que necesita (porque no los quiere, LOS NECESITA, así en mayúsculas y a la apurada).
Y como en la vida, algunas cosas te ponen muy mal (los cambios, los sueños, los anhelos, en especial uno que Helene nunca llegó a cumplir), aunque se trate de cartas que se intercambiaron hace muchos años, entre una lectora y una librería que quizá ni conocemos. Pero los lectores somos así, la melancolía se comprende.
Me voy a buscar la película, intuyo que me dará una calidez similar a la de este bello libro.

PD: no le di una estrella más porque Helene "fangirlea" tanto, que hasta se le olvida de como escribir y esto, personalmente,me hacía perder el hilo de las cosas. Pero es algo personal, no creo que a otros lectores les pueda afectar particularmente.

84, Charing Cross Road" es una novela epistolar escrita por Helene Hanff, basada en su correspondencia real con la librería Marks & Co. en Londres. Nos transporta a una época pasada, rondando los años 1949 y durante dos décadas, cuando la comunicación por carta era la norma y la pasión por los libros se compartía a través de las páginas escritas.

La historia se desarrolla a través de cartas en las que Helene busca libros difíciles de conseguir y establece una amistad especial con Frank y otros empleados de la librería.

La novela explora la amistad a larga distancia y la conexión que los libros pueden crear entre personas de diferentes lugares. A través de las cartas entre Helene Hanff y Frank Doel, el lector experimenta la evolución de una relación que va más allá de la búsqueda de libros raros y se convierte en un lazo afectivo genuino.

La narrativa es sencilla pero llena de calidez y humor, lo que hace que la historia sea entrañable. A pesar de ser un libro corto, muestra la esencia de la literatura y la belleza de las amistades inesperadas que pueden surgir a través de la escritura.

Novela corta donde el amor por los libros y las librerías es sólo el principio para una afianzada amistad.

Ya aviso que voy con una opinión impopular ,había visto muy buenas referencias de esta novela y quizá soy yo pero me ha dejado algo fría, entretiene pero no creo que me deje poso quizá esperaba que tratándose de libros me gustará mucho más.

Lenguaje sencillo a modo cartas y bien estructurada, con toques graciosos y otros emocionales te adentra en la vida de los personajes,sus intereses y su forma de ser que descubres al mismo tiempo que ellos al recibir la correspondencia.

Personajes sencillos,helene deseosa de descubrimientos,maniática y extravagante y los trabajadores de la librería con Frank Doel al frente, intentando satisfacer las demandas de su mejor clienta,lo que empieza de manera formal se convierte en na relacion más familiar.

Suena interesante ver como se forja una amistad a distancia con el vínculo inicial del amor por los libros,estos cobran gran importancia en la historia.
Ahora bien, a mi se me ha hecho algo lineal y a veces me daba la sensación de que no pasaba nada ,quizá soy yo y no era el momento o que simplemente no me ha llegado como esperaba.

Lo que si me ha pasado es que mientras leia recordaba esa emoción y sorpresa de recibir cartas de amigos ,familia..,eso que ahora con las nuevas tecnologías queda ya tan lejos... mirar al pasado me ha hecho gracia y me ha gustado recordar pero poco más

"84, Charing Cross Road" es considerada una obra emblemática entre los libreros y numerosos apasionados por la literatura y los libros. Desde su primera edición, en 1970, la magnitud de palabras vertidas en innumerables artículos de opinión sobre ella es enorme, considerando que su extensión apenas supera las cien páginas encuadernada. de modo que dudo que pueda añadir algo novedoso respecto a lo expresado ya por otros lectores; no obstante, no me resisto a dejar plasmadas aquí mis propias impresiones.

De entrada, me ha parecido una lectura encantadora, ágil, evocadora, emotiva y, en cierto modo, nostálgica. Había algo de especial cuando el papel era el medio transmisor de palabras que expresaban sentimientos, anhelos, noticias acaecidas en la vida de las personas… Se ha perdido la emoción que acompañaba la recepción de una carta; ahora son todos correos electrónicos y mensajería instantánea. Nos hemos acostumbrado a hablar por mensajes casi telegrafiados donde, con frecuencia, el empleo de imágenes sustituye a la escritura en la comunicación. También se está perdiendo el hábito de acudir a las librerías simplemente por el placer de conocer las novedades recibidas, ver qué lecturas nos recomiendan o rebuscar entre los títulos que se acumulan en los estantes y mostradores mientras disfrutas del aroma a libro impreso. Has de ser un verdadero bibliófilo para seguir haciéndolo, cuando la compra por internet impera y el e-book sigue ganando terreno al libro en papel; es lo que conlleva el desarrollo tecnológico.

Asimismo, comprendo las palabras de elogio y cariño que despierta 84, Charing Cross Road entre aquellos que se dedican al hermoso oficio de librero. Debe de ser ilusionante, a la par que satisfactorio, mantener una relación de amistad con ciertos clientes fieles o «de toda la vida» basada en el respeto y amor por la literatura como la que se desprende al leer la correspondencia intercambiada, durante veinte años, entre la escritora neoyorquina, Helene Hanff, y Frank Doel, empleado de la librería londinense Marks & Co., especializada en libros usados y ubicada por entonces en el número 84 de Charing Cross Road.

Resulta singular cómo evoluciona la relación epistolar entre Helene Hanff y Frank Doel, la cual abarca desde 1949 a 1969. al principio, el tratamiento entre ambos es muy correcto e impersonal; la correspondencia versa sobre encargos determinados, estado de los ejemplares conseguidos por Frank, a solicitud de Helene, alguna pequeña pulla de ésta endulzada con ironía y poco más. Pero, con el transcurso del tiempo, la confianza aumenta y las cartas se vuelven cálidas y personales; ya no se trata solo de tal o cual título, de su estado de conservación, opiniones o agradecimientos, sino de cartas amistosas que llegan a hacer referencia a envíos, por parte de Helene, de regalos en forma de alimentos y artículos difíciles de conseguir para los ingleses en los años de posguerra. Si eso no es amistad, no sé lo que es. Una amistad duradera, que nace y crece a más de cinco mil kilómetros de distancia y el océano Atlántico en medio. Y precisamente, uno de los valores de este libro es que muestra de forma indirecta dos fotografías muy diferentes de una misma época: la de Estados Unidos, como potencia en alza y la crisis económica del Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial.

A mayor abundamiento, esta relación epistolar también es especial porque la amistad que se establece termina extendiéndose a otras personas del entorno: amigos de Helene, resto de empleados de la librería y familiares. Es divertido cómo se van introduciendo los diferentes personajes que, con sus cartas, enriquecen de detalles y matices la amistad entre la neoyorquina y el londinense. Cada uno utiliza su propio lenguaje y nos hace partícipe de sus anhelos, sus ilusiones, su vida…, contribuyendo a hacer más amena la lectura.

Centrándome en los dos protagonistas, Frank Doel me ha parecido un hombre tranquilo, reservado, solícito, educado y correcto en las formas. Por su parte, Helene es extrovertida, generosa, positiva y poseedora de un humor inteligente; es una persona entrañable, que se expresa sin cortapisas. Me resultó imposible no empatizar con ella como lectora al conocer sus pequeñas manías y su amor por la literatura y, por supuesto, esa esperanza que le lleva a marcar los ejemplares encuadernados que posee.

Una obra corta que, sin embargo, no carece de giros inesperados. al finalizar su lectura, me embargó cierto sentimiento de tristeza. Pensé que, en realidad, 84, Charing Cross Road bien podría ser un drama real soportado por las cartas intercambiadas a lo largo de esos veinte años. Un buen material para ser llevado a la pantalla grande, como así sucedió en 1987 con la película homónima protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins.

"84, Charing Cross Road" es una obra epistolar indispensable para amantes de los libros, la lectura y las librerías.
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Vuelvo a este libro precioso porque últimamente varios de mis CL me llevan a él. Las cartas de la americana Helene Hanff a los libreros londinenses de Marks & CO valen para varias relecturas.



Los intercambios comerciales con los que inician su correspondencia —cuando Helene busca libros descatalogados— dan paso a una amistad que se va forjando a pesar de la distancia y del contraste entre la cultura anglosajona y la americana. Sus cartas van mostrando el cariño que va creciendo entre ellos gracias a sus mutuos detalles empáticos, las anécdotas personales y los regalos que comparten, sus bromas e ironías, sus gustos, sus recetas, sus confesiones, su amor por los libros…



Tierno y conmovedor, te hace sonreír de complicidad y deja entrever la crisis de la posguerra en Londres con sus detalles cotidianos (con las cartillas de racionamiento y la falta de alimentos…).



Leerlo es volver a casa, recordar cuando lo leí, y también como cuando visitas una librería de segunda mano ver nuevas posibles lecturas. Una reflexión sobre los tiempos de lectura, la forma de leer y los libros que merecen un espacio en las bibliotecas personales.

Posguerra 1949. Historia bonita por lo corta que es y lo mucho que lo cuenta. Por las cartas reales que resumen toda una vida. Por la humildad de las vueltas y vueltas de los libros de segunda mano, donde la alegría y el sufrimiento bailan juntos hasta bien entrada la noche. ⁣
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Sea como sea, qué bien lo hicisteis Helene y Marks&Co.
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