El título de la novela es la dirección de la librería de Londres a la que Helene Haff escribe desde Nueva York pidiendo una serie de ejemplares de segunda mano. Me imagino que la propia Helene no se imaginaba que esa carta iba a ser el principio de una amistad que se prolongaría a lo largo de varias décadas. Lo leí sin haber leído la sinopsis de la novela previamente y me pareció una novela epistolar bellísima. Después supe que eran cartas reales de personas reales y me emocionó, me alegro muchísimo de que haya existido esa amistad fraguada en el amor por los libros y que todos esos personajes, a los que adoro, nos hayan dejado esta huella. |