No hay verano sin ti

En la línea de la primera parte, se me queda corta. Y encima viendo la serie a la vez, ambas son muy parecidas y se me solapa la historia.

Seguimos dónde lo dejamos y se queda en un punto súper interesante. Me quedo con muchas ganas de seguir.
Apenas 200 páginas que van al grano, al verano y experiencias de veranos pasados. Una historia muy juvenil que seguramente hace unos años hubiera disfrutado más.

Es un libro que se lee muy rápido y es entretenido, pero sigue sin aportarme nada más. Supongo que el motivo es que los personajes siguen siendo inmaduros y la historia se me ha quedado un poco corta; me esperaba más, la verdad.Creo que el problema que he tenido con este libro es que me esperaba más de los protagonistas. Sé que solo ha pasado un año o así respecto al primer libro, y lo siento por Belly, pero hay veces que no la aguanto. Me sigue pareciendo una cría en muchos aspectos y su forma de comportarse a veces me frustra. Es muy indecisa y hace cosas de niña pequeña, dejándose en ridículo en más de una ocasión y tomando decisiones que sinceramente no logro entender, aunque a veces sí que demostraba un cierto grado de madurez (¡menos mal!).
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Leí El verano en que me enamoré en octubre de 2019 y no recordaba nada, solo que me había gustado, pero leyendo la reseña me doy cuenta de que No hay verano sin ti tiene los mismos fallos.

Belly no se puede creer que este verano no vaya a ir a Cousins, no concibe un verano sin los chicos y sin Susannah. ¿Por qué las cosas han tenido que cambiar tanto?

Sobra decir que Jenny Han tiene una pluma ligera y ágil, y como sus libros suelen ser bastante cortos se leen con una rapidez asombrosa. Diálogos amenos, descripciones sencillas y pocos pensamientos profundos, cosa que agradezco enormemente. Si no fuera por los continuos flashbacks y los cambios de narrador sería un libro de 5 estrellas sin duda.

No sé si será por haber visto la serie recientemente o por el paso de los años entre un libro y otro, pero Conrad me parece un capullo y Belly una ilusa soñadora. Aun así, creo que hacen buena pareja, son tal para cual, Jeremy se merece algo mejor que Bells.

Ahora siento verdadera curiosidad por cómo puede terminar esta trilogía, aunque visto lo visto imagino que Belly se liará con Jeremy, y estará con él todo el tercer libro porque Conrad será un amargado problemático, pero en las últimas dos páginas Bells correrá a sus brazos perdonándole todo.

P.D: He echado de menos a Steven.
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La continuación de El verano en que me enamoré es una montaña rusa de emociones. Si la primera parte se centraba mayormente en el personaje de Belly, en esta segunda parte Jenny Han nos presenta más a fondo a Jeremiah, el más joven de los Fisher y el amigo inseparable de la protagonista.

El verano pasado no ha sido del todo perfecto.

Los sentimientos expresados, la tensión inundando la casa de la playa y las noticias que nadie quiso oír, acabaron por ensombrecer en cierta manera el último verano. Así que, aunque Belly ha esperado siempre el verano con ansias, este desea que pase lo más rápido posible. No quiere volver a la casa de la playa y parece que no lo hará. Pero, por supuesto, al final acaba atrayéndola y es allí donde transcurre toda la acción.

CON TODAS LAS COSAS EN LA VIDA, HAY UN MOMENTO EN QUE TODO CAMBIA. EL MOMENTO DEL QUE DEPENDE TODO LO DEMÁS, PERO CASI NUNCA TE DAS CUENTA CUANDO OCURRE. LA CANASTA DE TRES PUNTOS EN EL SEGUNDO CUARTO CAMBIA EL RITMO DEL PARTIDO. DESPIERTA A LA GENTE, LES DEVUELVE LA ENERGÍA. TODO SE DECIDE EN ESE MOMENTO.

En “No hay verano sin ti”, Belly sigue siendo la misma. Claro que solo ha pasado un año desde “El verano en que me enamoré”, pero parece que no aprende. Su corazón sigue latiendo con fuerza por el hermano apático y está dispuesta a formar parte de su mundo pase lo que pase. Sigue siendo la misma persona egoísta, que no mira más allá de su propio ombligo y que aún tiene mucho por aprender.

Conrad, por su parte, actúa por impulsos que nadie parece entender. Excepto quizá el lector. Tanto en la primera novela, como en esta, es fácil descubrir en pocas palabras el porqué actúa de la manera que lo hace. Y aunque es indeciso para algunas cosas, está decidido a luchar por lo más importante. Para completar el triángulo, tenemos a Jeremiah. Como hemos comentado anteriormente, esta segunda parte nos ayuda a conocerlo mejor. Es expresivo y cariñoso, y es el personaje por el que el lector tal vez muestre más empatía y cariño.

“No hay verano sin ti” sigue siendo cautivadora, una lectura amena y adictiva. Como la primera, resulta en algo más que una simple historia romántica. Es un mar de sentimientos, diferentes tipos de amores, el círculo familiar y la amistad. Y el final nos deja preguntándonos: ¿Qué pasará en la conclusión de la trilogía?
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Este sí que me lo he leído de una sentada, sin poder parar. Definitivamente, mejora mucho respecto al primero, pero aún no llega a las 4 estrellas para mí.

En este libro Belly es más soportable, más madura de cierta manera. Aún tiene momentos que... UFFF, pero ha mejorado mucho.

Conrad sigue demostrando que es el personaje más complejo de la trilogía. Aunque siento empatía hacia el y su situación, me llega a frustrar la falta de comunicación con otros personajes (Belly).

Jeremiah ha tenido varios capítulos para si mismo está segunda parte, lo cual te hace entender un poco mejor su perspectiva. Puedo llegar a entender porque el libro acaba cómo acaba, pero sigo creyendo que tienen mejor química de mejores amigos.

Aún así, la serie sigue siendo mejor que los libros, ya que se centran en lo importante de toda la trilogía y lo implementan muchísimo mejor.

▪️Pedazo de giro con el que comienza... Me quedé muy sorprendida 🤯. No lo vi venir tan rápido 😭.

▪️Hay capítulos narrados por uno de los chicos 😍. Era algo necesario y que se extrañó en el primer libro.

▪️Está lleno de muchísimas más emociones que te tienen todo el rato pegando gritos 😂. El final sin duda es para gritar.

“¿Cómo te puedes arrepentir de una de las mejores noches de toda tu vida? No puedes. Recuerdas cada palabra, cada mirada. Incluso cuando te duele lo recuerdas igual.”
No hay verano sin ti es la segunda entrega de la trilogía verano publicada el año 2010 por la editorial Fanbooks. La autora es Jenny Han conocida por la saga A todos los chicos de los que me enamoré.

El libro nos cuenta la historia de Belly, desde que murió Susannah, la mejor amiga de su madre y su madre postiza. Este será su primer verano sin ir a Cousins y encontrarse con los chicos, lo pasará con sus amigos del instituto. Meses más tarde de la ruptura con Conrad le dijo cosas desafortunadas y un día cualquiera este desapareció. Jeremiah, el hermano menor, la llamó pidiéndole ayuda. Desde pequeños habían hecho muy buen equipo y esta vez no será menos, pero los sentimientos encontrados les jugarán una mala pasada. Después de encontrar a Conrad en Cousins, los tres deberán tomar una decisión complicada que les hará volver a estar tan unidos como antes… O no…

Desde mi punto de vista, aunque el libro me ha encantado, si miramos objetivamente, no hay casi ninguna trama, únicamente un pequeño conflicto. Si miramos subjetivamente, el libro es muy bonito ya que remueve el recuerdo de la primera entrega donde las cosas no quedaron solucionadas.
Desde la primera entrega los personajes evolucionan mentalmente y eso se refleja en la historia positivamente ya que no hacen cosas tan de críos. Hay algunos momentos puntuales que sí pero eso le da su gracia.
Los puntos fuertes de esta novela yo pienso que la autora tiene mucha gracia escribiendo y eso provoca que lo leas rápidamente aunque la historia sea un poco superficial. Se trata de una historia de adolescentes enamorados por tanto es bastante cliché. Los puntos débiles como ya he comentado anteriormente es que la historia tiene una trama un poco débil y si alguna persona la primera entrega no le convenció no recomiendo leer la segunda.

Yo sí recomiendo este libro pero para adolescentes de entre 12 y 17 años como mucho ya que aunque la historia es bonita y “cursi” es un poco infantil y puede no gustar a gente más mayor.

Es la segunda parte de El verano en el que me enamoré. Hace un año los leí por primera vez, y este verano decidí hacer una relectura de la trilogía entera, pero había muchas cosas de las que no me acordaba. La primera parte me gustó bastante, aunque tuve problemas con la personalidad de los personajes.

Es muy fácil de leer, muy rápido y ameno. Son capítulos muy cortos y engancha muchísimo. Está escrito en primera persona a 2 voces, por Belly y por Jeremiah, este último es nuevo narrando y aunque aclara ciertas cosas, no es un personaje que me termine de gustar, aunque sí el que dentro de lo que cabe toma las decisiones “más maduras”.

De los personajes esperaba una evolución en su madurez o por lo menos un desarrollo en algún aspecto de su personalidad, pero seguimos en el mismo plan. El reto emocional, por llamarlo de alguna manera, es que todos están pasando por el duelo, y cada uno de forma muy diferente. Jenny Han intenta que empaticemos con los personajes, pero cuesta mucho por las decisiones que van tomando a lo largo del historia.

Belly intenta pensar en los demás, pero termina pensando en ella misma otra vez, sigue siendo igual de infantil e inmadura y toma unas decisiones de apaga vámonos.

Si Conrad estaba antes metido en una coraza, ahora se ha creado un fuerte por el que no pasa nadie. Los tira y afloja con Belly cansan un poco. Por una parte, Belly es la única que se implica pero sigue pareciendo un amor infantil el que siente Belly por Conrad y aunque este se nota que le importa, sigue frío con ella aunque a veces se le cae la máscara y se ven destellos de que también la quiere.

La relación entre Jeremiah y Belly no termina de encajarme, porque hay señales confusas. Belly le deja claro que solo quiere su amistad, pero a los 2 segundos manda otro tipo de señales que parece que le quiere mantener cerca (no precisamente como amigos). Sé que no es manipuladora porque no tiene maldad y no es su intención, pero inconscientemente lo está haciendo.

Se conoce más la historia de los padres de Belly y el señor Fisher, el padre de Jeremiah y Conrad, cosa que me gustó bastante porque como dije en la reseña de la primera parte, los padres de ambas partes tienen una historia detrás, no son personajes que están por estar como suele pasar en estas historias de adolescentes.

Es un libro muy recomendable para leer en verano, muy fresco que no te da a pensar en nada, sino solo a querer devorar las páginas para saber cómo termina.

La continuación de El verano en que me enamoré es una montaña rusa de emociones. Si la primera parte se centraba mayormente en el personaje de Belly, en esta segunda parte Jenny Han nos presenta más a fondo a Jeremiah, el más joven de los Fisher y el amigo inseparable de la protagonista.

El verano pasado no ha sido del todo perfecto.

Los sentimientos expresados, la tensión inundando la casa de la playa y las noticias que nadie quiso oír, acabaron por ensombrecer en cierta manera el último verano. Así que, aunque Belly ha esperado siempre el verano con ansias, este desea que pase lo más rápido posible. No quiere volver a la casa de la playa y parece que no lo hará. Pero, por supuesto, al final acaba atrayéndola y es allí donde transcurre toda la acción.

CON TODAS LAS COSAS EN LA VIDA, HAY UN MOMENTO EN QUE TODO CAMBIA. EL MOMENTO DEL QUE DEPENDE TODO LO DEMÁS, PERO CASI NUNCA TE DAS CUENTA CUANDO OCURRE. LA CANASTA DE TRES PUNTOS EN EL SEGUNDO CUARTO CAMBIA EL RITMO DEL PARTIDO. DESPIERTA A LA GENTE, LES DEVUELVE LA ENERGÍA. TODO SE DECIDE EN ESE MOMENTO.

En “No hay verano sin ti”, Belly sigue siendo la misma. Claro que solo ha pasado un año desde “El verano en que me enamoré”, pero parece que no aprende. Su corazón sigue latiendo con fuerza por el hermano apático y está dispuesta a formar parte de su mundo pase lo que pase. Sigue siendo la misma persona egoísta, que no mira más allá de su propio ombligo y que aún tiene mucho por aprender.

Conrad, por su parte, actúa por impulsos que nadie parece entender. Excepto quizá el lector. Tanto en la primera novela, como en esta, es fácil descubrir en pocas palabras el porqué actúa de la manera que lo hace. Y aunque es indeciso para algunas cosas, está decidido a luchar por lo más importante. Para completar el triángulo, tenemos a Jeremiah. Como hemos comentado anteriormente, esta segunda parte nos ayuda a conocerlo mejor. Es expresivo y cariñoso, y es el personaje por el que el lector tal vez muestre más empatía y cariño.

“No hay verano sin ti” sigue siendo cautivadora, una lectura amena y adictiva. Como la primera, resulta en algo más que una simple historia romántica. Es un mar de sentimientos, diferentes tipos de amores, el círculo familiar y la amistad. Y el final nos deja preguntándonos: ¿Qué pasará en la conclusión de la trilogía?
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Este libro es una buena continuación del anterior y perfecto para cuando estás agobiado con lecturas más pesadas. Te transporta al verano, a ese momento en el que te enamoraste.... La verdad es que si el primero se hubiera quedado en autoconclusivo hubiera sido genial, pero la autora ha sabido volver a llevarnos a ese punto en el que todo nos acaba volviendo locos.

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