Las malditas

Fleetwood, señora de Richard Shuttleworth, es una joven de 17 años, casada desde hace 4 años, y aunque desea con todas sus fuerzas darle a su marido un heredero, después de 3 embarazos que no llegaron a dar sus frutos, está bastante sensible puesto que está encinta, sus miedos no resultan infundados, su piel cetrina, apenas come... y cuando encuentra una carta dirigida a su marido, en la cual el doctor le comenta que no vivirá si el embarazo sigue adelante. En vez de decirle a su marido lo que ha encontrado, su inmadurez, su miedo, está presente así que decide pasear por sus tierras, ahí encontrará a una chica, en un principio piensa que es una mendiga, sus ropas están sucias, su pelo rubio, algo descuidado, lo único sus ojos, unos ojos ambarinos están alerta... tanto que esa mirada la asustó. Si bien ese encuentro sería fortuito sino fuese porque se encontraron de nuevo, y ese hecho cambiaría sus vidas para siempre, puesto que Alice Gray, es partera, y Fleetwood desea con todas sus fuerzas vivir, así que deciden hacer un pacto.
Fleetwood le ofrecerá un buen sueldo a cambio de ser su partera, y Alice hará lo posible por mantener a ambos con vida. Así pues la nueva curandera ayudará con sus dolencias y hará algo más, logrará que Fleetwood tenga voz, deje de ser ese gorrioncito asustado, temerosa de que los criados de Gawthorpe Hall hablen mal a sus espaldas, se impondrá a todos, incluido a su marido y sobretodo a Roger Nowell, al cual consideraba su amigo, no dudará en mantener una seria conversación con su madre, una mujer que desaprueba todo lo que hace, que la dio en casamiento dos veces, ambas siendo una cría, y es que los acontecimientos que vendrán, hará que vea las cosas con perspectiva.

Por otro lado, el rey Jacobo I no tiene muchas simpatías al condado de Lancaster, así que cuando Roger Nowell, juez de paz y antiguo representante de la Corona, decide estar de acuerdo con el rey y hacer una caza de brujas para ganarse su favor, se verá su verdadera su naturaleza. Y la primera culpable será Alizon Device, ella y su familia serán acusadas de brujería, y es que Jennet Device, le ha contado a Roger lo que él desea oír, que viene de una estirpe de brujas, lamentablemente es una niña, y a pesar de que este hecho hará que ahorquen a su madre, parece darle igual... Es más incluso las propias acusadas, están dispuestas a admitirlo, algo sumamente extraño, puesto que el castigo es la muerte.

Doce mujeres serán acusadas, las brujas de Pendle, como serán conocidas, dos familias enfrentadas, y una asustada Alice Gray, que estuvo en el sitio incorrecto, en el momento inadecuado, un hecho fortuito, Alizon Device lanzó un conjuro hacia un pobre hombre y ella lo presenció, así pues, también se la considerará bruja por no estarse callada.
El nacimiento del bebé se acerca y el peso de la horca está cerca y ninguna de las dos estará a salvo. Y cuando su amiga sea acusada, hará todo lo posible por salvarla, incluso si muere por el camino.

Las malditas, es un buen libro, una buena historia, pero tiene defectos, entre ellos un ritmo un tanto lento, aparte de que la protagonista a veces fuera un tanto insufrible (no paraba de recordarme que tenía 17 años) y bastante ingenua, muy cándida, con ganas de encajar, de agradar, me daba un poco de pena, pero lo que me ha gustado es que de esa chica pasó a madurar, y por desgracia a ser adulta (no olvidemos que la casaron con 13 años, y tuvo de crecer de golpe, no tuvo infancia, y la que tuvo fue muy triste), cosa que hará que madure de golpe. No me convenció la parte de Judith, ese modo de enterrar la cabeza como un avestruz, pero era lo que había en esa época, y aunque yo no lo apruebe, por desgracia era algo habitual.
El personaje de Richard Shuttleworth, parece encantador, pero tiene oscuros secretos, Roger Nowell, en mi mente era como Claude Frollo de El jorobado de Notre Dame.

Un libro con una buena dosis de ficción histórica, folklore y ocultismo, te hará replantearte seriamente si crees en brujas y la magia, un libro en el que me he imaginado un precioso final, un final fantástico para un personaje que me ha conquistado: Alice Gray, la curandera que tiene los ojos igual que un zorro.
Si os interesa comentaros que los juicios a las brujas de Pendle, existieron, de igual forma que los personajes mencionados, la autora obviamente lo ha adornado y ha hecho su propia versión. ¡Una versión muy recomendable!
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