Me resulta difícil reseñar este tipo de libros pues no soy ningún experto en estos temas y tampoco un profesional con capacidad para rebatir los argumentos que en él se expresan. Simplemente me dedico a saciar mi curiosidad acerca de cómo funciona el mundo y cómo funciona la mente del ser humano. Esta obra cumple perfectamente con este cometido. Intenta explicar desde un punto de vista psicológico el por qué tenemos unas ideas dominantes en política y religión y sobre todo porque creemos a ciencia cierta que esas ideas son las correctas y no las del contrario. Basándose en diferentes estudios nos cuenta cómo nuestro cerebro adopta unas ideas por encima de otras y, a posteriori, es nuestra razón la que busca argumentos para justificar esas ideas. A pesar de que en las últimas páginas utiliza algún argumento económico, abandonando así el terreno de la psicología y cayendo quizás en su propia trampa, creo que vale la pena su lectura. Opino que no debería haber abandonado el terreno de "lo que es" y adentrarse en el de "lo que debería ser" ya que justo ahí puede perder un poco de objetividad y por tanto de autoridad. A pesar de ello y aún no estando de acuerdo en algunos puntos, siempre se sacan lecciones positivas de libros como éste, amplían nuestro campo de visión y hacen que nos alejemos del maniqueísmo imperante para adoptar posturas más ambivalentes y tolerantes. + Leer más |
¿Estamos preparando adecuadamente a los jóvenes para encarar la vida adulta o estamos protegiendo demasiado?
Algo extraño está sucediendo en las universidades de todo el mundo. Alumnos que dicen defender ideas progresistas abuchean a políticos y conferenciantes y les impiden hablar. Cada vez en mayor número, muchos estudiantes son reacios a exhibir sus opiniones y a discutirlas con franqueza. de un tiempo a esta parte, lo que debería ser el «gimnasio de la mente» está lleno de personas que rehúyen el debate y el pensamiento crítico.
Tal y como describen en este libro el experto en libertad de expresión Greg Lukianoff y el psicólogo Jonathan Haidt, el motivo de tal situación se debe a tres ideas equivocadas que se han introducido en el subconsciente de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que creen defender una visión generosa e inclusiva de la educación. La primera: lo que no te mata te hace más débil. La segunda: debes confiar siempre en tus sentimientos. Y, por último: la vida es una lucha entre las personas buenas y las malas.
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