La ecuación del amor

Este libro lo escuché como audiolibro y en su versión original en inglés.

Sin duda, éste es uno de los libros más malos que he leído durante los últimos años, y uno de los peores de este 2019. al terminar de leerlo, sentí hasta vergüenza de haber invertido el tiempo en él y tuve unas ansias locas de regresar a alguno de mis favoritos –García Márquez, Dostoievski, Montero –, buscando quitarme el mal sabor de boca que me dejó esta experiencia de lectura.

La realidad es que no pensaba yo en leer este libro. Lo había visto anunciado en diferentes plataformas y si bien me llamaba la atención, no pensaba realmente en invertir en su compra. Pero un buen día, me lo encontré como un audiolibro gratuito, y decidí darle una oportunidad, basada en las buenas reseñas que tenía en Booktube, Goodreads, etc. Pensé que no sería posible que tantas personas estuvieran equivocadas. Pero, como en otras ocasiones, resultó que estaba equivocada.

Primero, una aclaración: he leído libros muy populares, y algunos de ellos no me han gustado pero otros me han encantado. Algunos otros libros no han sido tan populares, pero son de género contemporáneo o joven adulto, y me han fascinado. Para mí, un buen libro debe o bien (1) una buena obra literaria; o (2) ser una historia bien contada y entretenida. Es decir, los libros que me gustan no tienen que ser material de Nobel, simplemente deben estar bien escritos y por ende, ser interesantes para el lector. Resalto: ni siquiera espero que el libro reúna ambas características.

The Kiss Quotient es un libro pobremente escrito con una historia bastante sosa y cliché. Sabía que mucha de la aclamación y gusto de la gente provenía del hecho que la historia tiene muchos aspectos sobre la representación de grupos y personas minoritarias, pero, el hecho que haya representación no implica que se haga buena literatura ni puede borrar el hecho que la historia y los personajes sean malos. La representación no tiene que justificar escenas sexuales explícitas en un libro clasificado como romance, ni diálogos pobres y finales rosas.

Y creo que este es el problema con este libro –en aras de la representación, se ignoran muchos aspectos problemáticos del texto como obra literaria. Stella, la protagonista principal, tiene Aspergers y con el propósito de superar sus temores y su falta de experiencia en relaciones, contrata a un escort masculino –Michael, quien es sueco-vietnamita. Michael trabaja como escort no porque le guste, sino porque es un buen hombre que fue el único medio que encontró para apoyar a su familia, que en ese momento sufre de dificultades financieras.

El inicio de la historia estuvo ok. Sin duda, se aprecia que no haya los típicos estereotipos alrededor de este tipo de personajes –a pesar que son parte de un grupo minoría o con problemas de salud mental, es gente funcional, exitosa en cierto punto y con una personalidad fuerte y determinada. Todo sonaba bien hasta este punto.

Pero luego, llegó la catástrofe.

Ok –yo sé que las historias de romance y más contemporáneo a veces van a suponer un poco de credulidad ante las situaciones que presentan –la historia de un romance tierno probablemente no va a representar los problemas y retos reales de una pareja actual, pero, realmente, ¿a quién le importa? Está bien, porque es una obra de ficción y algunas veces, como lector, necesitamos o buscamos algo así –algo tierno, cursi, sencillo, que nos haga creer en el amor o esperanzarnos o distraernos de la rutina de la vida diaria. de hecho, no tengo nada en contra del romance y recientemente, en muchas de las historias que he leído, me ha faltado algo más de romance. Pero, en este caso, la relación entre Stella y Michael me pareció ridícula por las siguientes razones:

• A pesar de que ambos representan dos grupos de personas que usualmente no vemos en las historias –gente con problemas de salud mental, o de grupos minoritarios – aun así, eran demasiado perfectos, tanto físicamente como en términos de su estatus social. Bien parecido, con cuerpos perfectos, y de un contexto de clase media a alta. Incluso Michael, quien a pesar de estar pasando por problemas financieros cuando inicia la historia, podemos saber que venía de una familia de clase media porque estudió modas y había estado viviendo en Nueva York por un par de años. Esto me hizo estar más consciente sobre el tema de la representación.

• No conozco mucho sobre el autismo ni sobre enfermedades de salud mental en general. En ese contexto, sentí que la personal de Stella fue bien retratada al principio, en términos de una persona que sufre de Asperger. Sin embargo, después de unos capítulos, me pareció increíble que después de tan solo dos sesiones con Michael, ella se sintió completamente cómoda con Michael, lista para lecciones de sexo extremo e incluso para conocer a su familia a la semana. Es cierto que ella no era nueva en temas sexuales pero, ¿en serio? ¿Dos sesiones y una mujer con un cierto tema de temor al contacto físico y social está lista para dar placer a un hombre al que ni siquiera ama?

• Todas las parejas tienen problemas de comunicación, es un hecho. Pero estos dos…¡Dios santo! Siempre estaban asumiendo cosas uno del otro –Stella torturándose pensando que no era suficiente para él por su tema mental y Michael pensando igual porque era un escort y su papá era un patán y él seguro sería igual. Si esto hubiera ocurrido una vez, bien; dos, pasaba, pero esto se repetía una y otra vez. Sus dudas parecían rellenos en el texto. Además, pienso que esto resultó incoherente en términos de las acciones de los personajes: si tienes tantas dudas sobre el otro, ¿por qué aceptas conocer a su familia? ¿Por qué te pones celoso?

En resumen, la trama me pareció increíble y a veces, demasiado sosa, o tonta. Por otra parte, los personajes secundarios me parecieron bastante planos o falsos. Odié a Phillipe, los padres de Stella eran insoportables, demasiado ricos y viviendo en su mundo de cristal. Creo que el único personaje que funcionó más o menos fue la madre de Michael y reconozco que los aspectos de la cultura vietnamita (¡y de la comida!) que nos mostraron, fue bastante interesante. Pero, fuera de ello, el resto de los personajes parecían estar llenos de clichés, presentes en la historia solo para ocupar espacio, sin ninguna sustancia.

Finalmente, la escritura fue bastante mediocre, y eso que lo escuché como un audiolibro. Los últimos capítulos fueron insoportables. El dialogo fue medio cursi, predecible, en verdad que ya no aguantaba. Había algunos momentos en los que pensé abandonar el libro, pero me faltaban tan pocos capítulos y le había invertido tiempo que me dijo “ok, terminalo y termina tu tortura”. Porque eso fue. Como ejemplo –y no tengo las exactas palabras pero, en una escena Stella ve desnudo a Michael y queda anodadaa por sus abdominales marcados. le dice algo así como:
”En serio, ¿no podrías tener un six pack regular? ¿Tenían que ser un ‘eight-pack'?

O que tal esta joya:

Michael era helado de menta con chispas de chocolate para ella. Podría probar otros sabores, pero él siempre sería su favorito.

Y en serio, suena igual de malos en inglés que en español.

Sinceramente, no entiendo porque este libro ha sido tan aclamado y bien recibido – personalmente, tanto en la cuestión técnica como de entretenimiento, la historia deja demasiado que desear. Es mala, predecible y olvidable.

A mí me gusta mucho la novela romántica y no le hago ascos a las novelas especialmente rosas o especialmente dulces, lo único que no le perdono es el amor instantáneo y desgraciadamente muchas novelas de éste género pecan de eso… pero concentrémonos en La ecuación de amor.
Esta es ya como la tercera novela que leo con personajes especiales y me gustan, me encanta que encuentren voz, aunque sea en una historia cursi y estereotipada.
Esta es una novela ligera y tierna que revestida de rosa trata algunos temas no tan ligeros como los patrones normales o no de las relaciones interpersonales y las personas especiales (sin eufemismos).
Me hubiera gustado encontrar un poco más de matemáticas en sus páginas, debe ser deformación profesional (no soy matemática).
Stella enfrenta la tarea de mejorar en las relaciones personales, como hace todo: con un plan ordenado y aprende poco a poco que sentir no tiene nada que ver con lógicas o algoritmos.
La novela está llena de lugares comunes, clichés, todo es bastante predecible, pero igual disfrute su lectura porque a pesar de ser igual a muchas novelas es diferente, es diferente sus personaje principal y es diferente cómo su autora la presenta. Me encanta que presenta a Stella tratando de encajar en una sociedad que es casi imposible contentar sin los códigos correctos y ni siquiera esos códigos correctos son tan correctos, porque muchas veces se basan en la hipocresía
Otra cosa que disfrute mucho fue que Helen Hoang habla desde la experiencia sin pretender hacer un tratado de psicología, no se regodea en la autocompasión y escribe cuidando los detalles, con personajes muy orgánicos. Helen Hoang logró que amara a algunos personajes y quisiera dar una cachetada a otros, eso siempre lo valoro positivamente en una historia… que me haga sentir la necesidad de entrar en las páginas y actuar.
Si me parece de pulgar abajo tantas páginas, y la familia de Michael parece un poco forzada para dar un contraste, tantos personajes y tan poco no me pareció necesario.

4.5

Tras disfrutar como niña con 'La hipótesis del amor', yo necesitaba seguir leyendo cosas del estilo y recordé que tenía un libro pendiente de hace tiempo que encajaba en el estilo. Leer los dos seguidos ha sido genial y si tuviera una lista de libros de mujeres en STEM un poco ineptas en las relaciones, yo entraba en ella y seguía leyendo esto todo el mes. Pero no la tengo y ahora voy a hablaros del libro.

Empecemos con la trama. La verdad es que he disfrutado muchísimo la historia, pero claro yo lo de las "fake relationships" (relaciones fingidas), lo adoro así que con estar un poco bien es siempre un cliché que me encanta. Está muy guiada por los personajes y sus acciones, ellos son el motor que mueve la trama y lo podemos ir viendo en las decisiones que toman desde esa primera en la que Stella decide contratar un gigoló.

Está claro que los personajes entonces tienen un papel muy importante en el libro. La naracción es en primera persona y alterna entre el punto de vista de Stella y el de Michael, sus personalidades y forma de pensar están muy bien trabajadas por lo que podemos verlo reflejado cuando nos están contando la historia.

Stella es la protagonista principal, con ella empieza el libro y es su historia la que leemos. Ella tiene asperger y a mi parecer, sin ser una experta ni nada, está muy bien representado todo, la autora misma explica cómo y por qué se informó sobre el tema y creo que refleja muy bien ese aspecto del personaje ya que a mí como lectora me ha servido para comprenderla. Stella es además adorable, o para mí lo es. Su necesidad de agradar a los demás, de hacer feliz a otros, de ir luchando contra las travas que su propio cuerpo le pone me ha hecho admirarla y quererla. Si Michael no la quiere, yo me quedo con ella. Es a su vez muy sincera y un ejemplo de una mujer en el mundo de la economía y la estadística.

Por otro lado tenemos a Michael, quien tiene una situación parental más compleja y está trabajando de gigoló por problemas de dinero y para ayudar a su familia. Para Michael la familia es lo más importante. Vemos con él a una familia vietnamita -y vemos varios ejemplos de esa cultura a la que pertenece la madre de la autora-, numerosa y muy trabajadora. Él por otro lado es protector hacia los demás, pero no tanto hacia sí mismo. Está dispuesto a darlo todo por los demás, incluso renunciar a sus sueños y cuando conoce a Stella pronto quiere protegerla también y ayudarla. Como pareja me parece que funcionan muy bien y que se aportan cosas el uno al otro para mejorar como personas.

Del resto de personajes, destaca principalmente la familia de Michael a quienes veremos varias veces. Sus interacciones tanto con Michael como son Stella me gustaron mucho y cogí cariño a sus hermanas y primos. También tenemos al compañero de trabajo de Stella, quien podría no haber sido del todo malo, pero empeoró, y a sus padres los cuales no tienen demasiado papel.

En general, me ha parecido un libro estupendo y espero seguir leyendo más de la autora ya que he visto que tiene un segundo sobre uno de los primos. le daría totalmente un 4.5 y va a quedarse como una de mis lecturas favoritas de febrero.

"La ecuación del amor" es una novela del género romántico erótico escrita por Helen Hoang.

Al igual que en su novela "El test del amor", la autora ha creado una protagonista muy especial, la cual tiene autismo.

Helen Hoang fue diagnosticada en el 2016 de Síndrome de Asperger. Su experiencia se nota cuando describe ciertas situaciones. Según iba leyendo, me iba llamando la atención la manera en que nos lo narraba, o los sentimientos por parte de Stella, la protagonista. Sabiendo su experiencia todo cobra más sentido y Helen Hoang consigue que el lector se sienta más cercano y entienda un poco más al respecto al TEA y cómo afecta a las personas que lo padecen. Creo que es un detalle importante, ya que en la sociedad de hoy en día cada vez hay más casos diagnosticados de TEA y entre todos se puede ayudar a que ciertas situaciones sean más fáciles para ellos, como por ejemplo, la reducción de ruidos.

Lo que más me gusta de Helen Hoang es la facilidad que tiene para crear unos personajes tiernos y con los que me es fácil simpatizar. "La ecuación del amor" no es una novela en la que hay un gran elenco de personajes, son más bien pocos, pero muy bien integrados, no hacen falta más. Entre Stella y Michael hay muchas diferencias, pero a la vez se complementan como pareja, lo cual hace que se cree un halo de magia, amor y esperanza. Además, los personajes más secundarios, como pueden ser la madre y abuela de Michael o el compañero de trabajo de Stella, también están muy bien definidos y tienen su relevancia en la historia.

Stella Lane, la protagonista de la historia, es econometrista. le encanta su trabajo y para ella es fácil verlo todo a través de una fórmula. Pero eso no le ayuda a socializar, y sus relaciones conociendo a hombres y teniendo relaciones sexuales son un desastre. Por eso, decide contratar a Michael, un acompañante al que propone que sea su profesor para romper esa barrera que tiene y poder encontrar a la pareja ideal.

A pesar del tópico de la base de la historia, a lo Pretty Woman pero con los roles cambiados, Helen Hoang le aporta a la narración un toque de frescura.

Desde el primer momento se nota la obsesión que Stella siente por Michael, pero también la compenetración entre ambos. Michael, de manera inconsciente, sabe cómo tratar a Stella y eso hace que ella sienta también en parte esa seguridad que necesita y que no incremente su reticencia a ser tocada por otra persona. Helen Hoang lo detalla todo de una manera magistral y hace que el lector pueda soñar y recuperar la idea de que el amor real y perfecto existe. Con Stella y Michael se demuestra la importancia de confiar en la otra persona, que, aunque en el caso de Stella adquiere más valor por ser autista, es la base de toda relación. Stella pensaba que el problema siempre era ella y su autismo, pero con Michael aprenderá que no es así, ella no tiene que cambiar por nadie, ella es así y es perfecta por ello, el problema eran los demás.

Al margen de la relación de Stella y Michael, la autora también se adentra en la relación de Michael con su familia.

Debido a su padre, Michael tuvo que dejar de lado sus sueños y su trabajo para regresar a casa a cuidar de su madre enferma de cáncer, y sacar adelante a su familia. A Michael no le gusta trabajar como acompañante, siente que se parece demasiado a su padre y vive con el miedo continuo de hacer daño y ser como él. Ese sentimiento se acrecienta cuando conoce a Stella y el dinero que esta está dispuesta a pagar porque sea su "novio en prácticas".

"La ecuación del amor" tiene una gran carga sexual durante toda la novela. Hay numerosas escenas entre Michael y Stella muy subidas de tono y explícitas que la autora narra de manera directa, pero a la vez sin llegar a ser soez. En ellas además se describe también lo que sienten los personajes a raíz de una caricia, un beso o durante una situación más íntima. Sobre todo, en lo referente a Stella se nota una gran evolución y cómo, aunque primero ella se mostraba fría y paralizada, la realidad es que era debido a no haber encontrado a la persona adecuada.

La edición de "La ecuación del amor" incluso al finalizar la historia una "Guía de lectura" con cuestiones sobre el autismo y las relaciones personales. Son preguntas ideales para debatir en un grupo de lectura o entre amigas una vez leída la novela, o incluso para que el lector se las responda a sí mismo. Me ha gustado mucho este aspecto ya que aporta una manera diferente de disfrutar de la lectura y además se plantean cuestiones muy interesantes, como puede ser si se ha simpatizado con algunos personajes debido a su situación o cómo una persona ve el trabajo de Michael diferente a si fuese una mujer, cual Pretty Woman, quien lo realizase.
Enlace: https://anikaentrelibros.com..

Querido La Ecuación del Amor, no eres tú, soy yo. Debería haber sabido que no debía leerte con eso que el romance contemporáneo no es lo mío. Debería haber investigado mejor y descubrir que estabas lleno hasta el tope con escenas sensuales, porque nos habría evitado a los dos mucho dolor. Oh, sí, para alguien alérgico al contenido para adultos y las escenas sensuales,La Ecuación del Amor es el 200% del libro equivocado. Un poco tarde para eso ahora, ¿no? Bueno... Supongo que solo me tengo que culpar a mi misma por esto. Aunque esta historia definitivamente no fue para mí, definitivamente puedo entender por qué hay tanto amor para ella. Los fanáticos del romance contemporáneo probablemente estén en el cielo con este libro, porque hay una cosa que no puedo negar: Helen Hoang sabe escribir. Y no solo el estilo de escritura es muy atractivo, sino que el desarrollo del personaje es simplemente perfecto. Por mucho que odiara todas esas escenas sensuales, fue debido a los personajes principales Stella y Michael que llegué al final de esta historia. Stella es única, peculiar y simplemente brillante como personaje principal. Me encanta la forma en que se describe e incorpora su Asperger en la historia (muestra que el autor usó experiencias personales) y cómo ilumina el autismo en general. Michael tiene su propia personalidad, historia y problemas, y realmente me gustaron esas dinámicas familiares combinadas con Stella y su historia. ¿Hubo muchos clichés y tropos típicos del romance involucrados? Sí. ¿Se empañarán tus gafas (si las usas) mientras lees La Ecuación del Amor? Oh si. Pero si te encanta el género, también te enamorarás de esta historia.