Memoria de la chica azul

Memoria de una chica azul es un libro que sorprende en todos sus sentidos. Con una sinopsis que es la primera página del libro, que no te desvela más de lo que debe, te introduce en el mundo de las enfermedades mentales de una forma que nunca antes había visto.

El libro no se divide en capítulos como tal, sino que parece una especie de diario donde hay una especie de título y luego sigue la narración, así durante todo el libro. El narrador es Mel un joven con ataques de ira y otros problemas a causa de cómo lo criaron sus padres cuando era joven, él poco a poco nos va narrando la historia de Beatriz, una joven con problemas mentales que poco a poco vamos viendo cuáles son de forma muy difusa.

Memorias de una chica azul es de esos libros para leer poco a poco, introducirse en sus páginas y conocer la historia de los personajes de forma suave y calmada porque si lo lees rápidamente no lograrás disfrutar de la historia y de lo que nos narra.

En relación a los personajes por un lado tenemos a Melitor ‘'Mel'' un joven que fue criado en casa hasta los siete años y que se comporta como un salvaje que tienen ataques de ira y que se niega a estudiar. Él es quien nos cuenta la historia de Beatriz ya que tras varios años Mel consigue un buen trabajo o eso intuimos por lo que dice.

Por otro lado tenemos a Beatriz Worziack o Beatriz Uve como la llama Mel, una joven que en el transcurso de una noche a una mañana se despierta con el pelo azul brillante, con una cantidad de drogas en el cuerpo que mataría a cualquiera y con unos sueños la mar de lúcidos que no tienen explicación. Esos cambios en la joven provocan que su forma de ser, de actuar y de relacionarse cambie por completo.

Es un libro para reflexionar, para pensar y para poder disfrutar de todas su palabras y reflexiones.

Cuando leí la sinopsis (que es en realidad la primera página del libro) me llamó bastante la atención que el libro se centrara en la salud mental y que tuviera como protagonista a unos adolescentes que se encuentran en una situación complicada, y no pude evitar querer leerlo.

Es un libro bastante corto que va dirigido a un público juvenil, tanto por la edad de los protagonistas como por la trama en sí pero que a veces he sentido que usaba un lenguaje demasiado complicado para ello.

Mel es un chico con un pasado difícil cuyas consecuencias lo han llevado a tener que asistir a terapia en el área de psiquiatría infantil, lugar en el que conocerá a Beatriz, una chica misteriosa y reservada cuyo pelo llama mucho la atención en contraposición a un carácter retraído que hará que Mel sienta la necesidad de protegerla.

Mel, desde el primer momento, siente fascinación por esa chica cuyo pelo brilla de forma distinta y que no parece natural. Bea, por su parte, prefiere pasar desapercibida y no hablar con nadie, pues la toman por loca. Las historias de ambos se cruzarán y desde entonces Mel no podrá despegarse de ella.

El libro empieza fuerte e interesante aunque luego va decayendo hasta un punto en el que empecé a perderme porque no entendía todo lo que estaba leyendo. La parte de la historia de Mel y Bea me parece fascinante pero llega un momento en el que el autor empieza a narrar las historias de otras personas a partir del recuerdo de lo que una persona le ha contado sobre otra y terminé bastante liada pensando que nada tenía que ver eso con la historia que a mí me interesaba. El hecho de que el narrador sea Mel hace un poco complicado entender algunas situaciones que suceden en la vida privada de Bea y eso se traduce en una falta de información que me dejó descolocada.

No es un libro fácil de leer y creo que la historia ya es bastante compleja como para añadirle la dificultad de las frases rebuscadas. Además hay saltos temporales (a veces cortos y a veces largos) que no estaban bien separados pues el libro no tiene capítulos y cuando empezaba otro párrafo no tenía claro si iba seguido o no. En ocasiones, además, me he visto obligada a releer alguna frase por no entender lo que estaba sucediendo (y luego darme cuenta que realmente no se explica el motivo y por eso no lo había entendido).

El final deja demasiados cabos sueltos y a mí, personalmente, es algo que no me gusta. La historia sí que cierra y da al lector algunas respuestas, pero deja muchos interrogantes sin contestar. Preguntas que, a mi parecer, son bastante importantes y que merecen tener una respuesta tras doscientas páginas de intriga. Me quedé con dudas acerca de porque Mel sufre un cambio de vida repentino hacía el final de la historia; de la explicación de ciertas cosas que le suceden a Bea; de saber si finalmente el narrador es fiable o no puesto que su percepción de la realidad puede haber sido alterada...

Como concepto es un libro interesante y me encanta que se hable de la salud mental en los adolescentes y que normalice ciertos problemas. Creo que es importante quitar el estigma que muchas personas tienen acerca los centros hospitalarios y los tratamientos de ciertas patologías y creo que al principio del todo de este libro se deja claro que, en la vida real, no suceden las cosas como en las películas y que los centros de salud mental no son diferentes a otro tipo de consultas que todos hemos visitado.

Concluyendo, creo que es un libro que tiene mucho potencial pero que, personalmente, me ha decepcionado. Durante todo el libro tenía expectativas acerca de lo que iba a suceder y varias explicaciones posibles pensadas pero parece ser que este se centra más en contarnos la historia de los dos personajes y no el porque. Me ha faltado que sea más claro al final y se cierren bien las historias y no me ha convencido la forma en la que ha decidido dejarlo todo.
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Esta novela es la primera que el autor hace para un público juvenil. Yo anteriormente leí “ Los libros repentinos” así que este es el segundo libro que leo de este autor, y ambos me han dejado buen recuerdo, si bien es verdad, que “ Memoria de la chica azul” es un libro para adolescentes o jóvenes, y yo ya hace tiempo que dejé esos años, por lo que mi punto de vista puede no ser el que buscaba el autor cuando lo escribió.

El libro lo narra Melitor ( Mel o Melitón, su verdadero nombre no lo sabe) ya de adulto, y nos habla de su triste y dura infancia, sus casas de acogida, sus centros de menores…y sobre todo nos cuenta el periodo de tiempo en el que conoce a Beatriz Worziack ( apellido cogido de su padrastro polaco), cuando ambos son adolescentes.

Melitor y Beatriz se encuentran en el área de psiquiatría infantil de un pueblo costero de esos que triplican su población en verano. Beatriz parece una chica modosita, formal y tímida, de no ser por el intenso color azul de su pelo.

El calvario de Beatriz comenzó con 13 años; empezaron los sueños raros, la coloración azul de su pelo, las broncas de María , su madre , que no la cree, la mirada atónita de su padrastro, la pena de Berta, su hermana pequeña, el aislamiento social, la incomprensión. El conocer a Mel en aquella consulta de psiquiatría supone para ella un soplo de aire fresco, pero para él, verse metido de lleno en los problemas de Beatriz, lo aleja de la reinserción tan anhelada por sus padres de acogida, Fran y Tere.

Esta novela tiene tintes de ciencia ficción, pero a la vez viaja a épocas históricas recientes que la hacen verosímil y muy entretenida. Aunque su público pudiera ser en principio el juvenil, también los adultos pueden sentirse identificados con los personajes adolescentes de la novela. El final es adecuado y creíble, detalle que agradezco.

CONCLUSIÓN:

Un libro y un autor que se sale de lo corriente y que recomendaría como lecturas para intercalar entre otro tipo de libros.
Espero leer más libros de Pablo Gutiérrez. Tengo pendiente “Nada es crucial”, ganadora de la XXI Edición del Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE, cuya temática sobre los descampados en los años 80 poblados de yonquis, me llama mucho la atención.



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